Cantinflas

Del editor - 14.04.2013

¿Cuántas películas de Cantinflas ha visto? Ahora… ¿cuántas veces ha visto cada película? Cantinflas es un fenómeno en el cine mundial. Mis abuelos rieron con él, mis padres también, yo igual, y mis hijos todavía disfrutan de sus películas, que religiosamente las sigue pasando un canal nacional cada fin de semana. Y posiblemente mis nietos sigan riendo con este cómico mexicano que, para suerte nuestra, estuvo de visita varias veces en nuestro país.

De eso trata esta revista. Nos hemos sumergido en los periódicos de la época, en los recuerdos de aquellos que lo vivieron y en la piel del personaje para revivir los momentos que este hombre, llamado “el Charles Chaplin de México” dedicó a Nicaragua.

Más que hacernos reír, el mérito de Cantinflas ha sido hacernos reflexionar sobre la vida, sobre nuestra sociedad y sobre las desigualdades. Sobre héroes y villanos. No es el chiste fácil. Es el chiste muchas veces hurgando en la herida. Por eso no es extraño que se le compare con Chaplin, otro cómico comprometido con su mensaje.

Mario Moreno y Cantinflas, como se verá en el reportaje, eran dos personas distintas, algo que resulta común en estos personajes. Baste ver las diferencias que hay entre Otto de la Rocha y su alter ego, Aniceto Prieto, o Roberto Barberena y el Payaso Pipo (que también lo traemos en esta edición), para percatarnos que estos personajes son todo aquello que las personas que los paren no pueden ser.

Y aquí en Nicaragua tuvimos a los dos. A Mario Moreno, el serio, hosco, el que no firma autógrafos, y a Cantinflas, chispeante, profundo, sociable y comprometido.

Y veremos a Mario Moreno recurrir a su “otro yo” para decir lo que él no puede decir, como aquella vez en su visita a Nicaragua en 1964, cuando llegando al aeropuerto preguntó refiriéndose a los Somoza que para ese tiempo ya llevaban más de 25 años en el poder: “¿Cuándo se van los maistros?”

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