Plegables, fijos, mágicos, para damas y para caballeros. Este es el ABC de los abanicos.
Mágicos
Su magia reside en que presentan un color o un decorado distinto en cada cara. Suelen ser de papel y a menudo son usados con fines publicitarios y como tarjetas de invitación. Entran en la categoría de plegables.
De baraja
Cuando los abanicos no tienen “país” que es la tela que va unida al esqueleto plegable, se denominan simplemente “de baraja” o “reversibles”. Las varillas son anchas y van unidas en un pequeño tope o atadas con una cinta.
Clásico plegable
Es el típico abanico de varillas, puente y país. Se encuentra en una gran variedad de materiales y precios, desde los “mágicos” hasta los finos abanicos que utilizan las bailarinas de flamenco. Las características varían en cada país. En China, por ejemplo, usan mucho papel de arroz, y en la India son verdaderas obras de arte.
Para caballero
El mismo abanico plegable, pero con sobrios elementos que lo vuelven una pieza masculina. Estos abanicos son pequeños, para que los caballeros puedan llevarlos en el bolsillo de la camisa.
Fijos
Son planos, no plegables y generalmente están sujetos a un mango. Los hay redondos y rectangulares y suelen ser de cartón, tela, plumas u hojas de palmera. Un clásico es el “uchiwa” japonés.
Curiosidades
1. El abanico fijo es el modelo más antiguo. Los egipcios lo utilizaban desde el Siglo XVIII a.C. y también fue usado por persas, árabes, griegos, fenicios y romanos.
2. Existe un lenguaje del abanico. Apoyarlo en la mejilla derecha significa “sí” y en la izquierda, “no”. Deslizarlo sobre la mejilla es un “te quiero” y dejarlo abierto tapando la boca quiere decir “estoy sola”. Para pedir un beso se apoya directamente sobre los labios.