Ambiente bohemio, noches de arte y cuchara gourmet, El Faro lo hizo posible.

Preste atención a su entorno o puede que no note el diminuto rótulo que cuelga de un farol. Si mira bien, leerá “El Faro. Bar Cultural”. Y si acaso entra a esta casa tendrá usted una experiencia gastronómica que su paladar no olvidará fácilmente y de seguro querrá repetir.

El Faro es un restaurante-bar tan discreto como el rótulo que lo anuncia. Música suave elegida por los visitantes y luces cálidas. Sala, terraza y un patio cubierto de grama, donde hay una minibarra con sus taburetes y una romántica tarimita que los sábados se convierte en escenario de artistas. Por aquí han pasado, por ejemplo, Lulú y sus títeres de circo, y también los Pajarracos, compañía de teatro argentina. Además, a menudo se presentan grupos nacionales de música alternativa.

Unas dos veces al año el restaurante presta sus paredes para que algún joven artista exponga sus obras. Y un sábado al mes se realizan ventas de patio en las que cualquier persona, con previo aviso, puede participar llevando objetos útiles, bonitos o curiosos.

La especialidad de El Faro son los mariscos. De lunes a jueves sirve ceviche fresco y cervezas bien frías; pero los viernes y los sábados ofrece platillos gourmet. Son recetas de la casa, preparadas en el momento con ingredientes naturales, traídos del corazón de Matagalpa: como la crema y el queso prensado, que aportan un sabor intenso a la pasta de camarones.