El corazón se acelera, las manos tiemblan, la adrenalina recorre el cuerpo. Javier “Rapidito” Mairena se entregó a su pasión, el motocross. Y arrastró con él a sus quince hijos y nietos
El corazón se acelera, las manos tiemblan, la adrenalina recorre el cuerpo. Javier “Rapidito” Mairena se entregó a su pasión, el motocross. Y arrastró con él a sus quince hijos y nietos