¿Qué ha pasado con Alma Blanco, la muchacha que interpretó a la Yuma?

Reportaje - 03.08.2020
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Costó 10 años comenzar a rodar la primera película nicaragüense de este siglo. Para la mayoría de los que participaron en ella, era la primera y en muchos casos la última vez que grabaron para la gran pantalla. ¿Qué ha pasado con Alma Blanco, la muchacha que interpretó a la Yuma?

Por Abixael Mogollón G.

Antes de que se estrenara la película “La Yuma”, en 2009, el último largometraje de ficción que se había grabado en Nicaragua fue “El espectro de la guerra”, estrenado en 1988 por Ramiro Lacayo.

Esta película se convirtió en la última que se rodó con ayuda del Instituto Nicaragüense de Cine (Incine). El director retrató la historia de Reynaldo, un joven negro de la Costa Caribe que es bailarín y sueña con llevar el palo de mayo a los grandes escenarios, pero estalla la guerra, es mandado a combatir y es herido de gravedad.

Veinte años después sería una bailarina quien grabaría la primera película nicaragüense de este siglo. Alma Blanco descubrió su amor por el baile cuando era muy pequeña.

La mujer que encarnó a la Yuma nació en mayo de 1977 en el barrio Cuba, en Managua. Con solo ocho años entró a la Escuela de Danza, siguiendo los pasos de su hermana mayor, Bertha Blanco, que por entonces ya estudiaba en la Escuela Nacional de Danza.

Casi al mismo tiempo que se estrenaba la cinta “El espectro de la guerra”, la familia Blanco salía de Nicaragua, primero rumbo a Miami, EE. UU., y luego a Canadá.

En 15 días se puso "fina" con el boxeo y su estado físico. FOTOGRAFÍA CAMILA FILMS

En 1992 Alma y su familia vuelven al país. Ella ya es adolescente y a pesar de que sabía hablar inglés y había estudiado la secundaria en Canadá, no le reconocieron esos estudios, por lo que tuvo que repetir al menos los dos últimos años de secundaria en el Instituto Gaspar García Laviana, del barrio Cuba. No había olvidado su sueño de dedicarse al baile, así que posteriormente entró a la Academia Nicaragüense de la Danza, donde se gradúa con el título de profesora-bailarina.

“Inicié como maestra suplente a los 16 años, luego a los 18 inicié como verdadera maestra de danza. Di clases en varios colegios hasta entrar como bailarina primero en Danza Universitaria de la UNAN-Managua y luego entré como bailarina en Danza Contemporánea de la Cámara de Nicaragua”, explica.

Por aquellos años ingresó a la Universidad Politécnica de Nicaragua, pero entre el trabajo y los estudios decidió dejar la universidad para seguir dando clases de baile. A los 20 años enseñaba en un estudio llamado Jazz Plus y ahí conoció a Camila, la hija de la directora de cine extranjera.

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Antes de ser directora de cine, la francesa Florence Jaugey fue actriz. En 1983 la contrataron para protagonizar una película de producción franco-cubana, basada en el libro El Señor presidente, del premio Nobel Miguel Ángel Asturias.

—Usted va a interpretar a la hija del general. Se tiene que ir a Nicaragua, donde se va a grabar la película —le dijo el director.

—¿Nicaragua? ¿Eso es en África? —preguntó la joven actriz.

Llegó con 25 años y desde entonces se quedó enamorada del país. Así comenzó a vivir entre Managua y Niza, viniendo y volviendo de Francia, mientras comenzaba a hacer cine ya como directora.

Inició a dirigir en 1990 y fue en 1997 cuando ganó uno de sus primeros galardones internacionales, nada más y nada menos que un Oso de Plata del Festival de Cine de Berlín, con el cortometraje “Cinema Alcázar”.

Frank Pineda y Florece Jaugey  hicieron vida juntos. Tienen dos hijos, una de ellas cineasta. FOTOGRAFÍA CAMILA FILMS

“Yo cuando me gané un Oso de Plata, dije: ‘¡Vaya! Ya voy a poder hacer un largometraje’. Pero nunca me imaginé que para hacerlo me iba a costar diez años. Yo pensaba que en dos años ya iba a poder grabarlo”, recuerda Jaugey.

Ese primer largometraje era “La Yuma”, pero mientras conseguía el financiamiento para grabar esa película se dedicó a rodar muchos documentales sobre Nicaragua.

Comenzó de lleno con documentales basados en historias reales sobre pandillas, la cárcel La Modelo, embarazo en adolescentes, violencia contra la mujer. Todos fueron documentales que mostraban la realidad de aquella Nicaragua. Mientras se recorría lugares del país iba anotando ideas e historias que más tarde fueron nutriendo el guion de “La Yuma”.

Un día estaban grabando un partido de beisbol entre pandilleros y policías en Ciudad Sandino, cuando alguien se le acercó y le contó que en aquella zona había una muchacha que le decían la Yuma y que era boxeadora. Nunca dio con la joven, pero a partir de ahí le fue dando forma al personaje. Además, en cuanto le mencionaron las características de la boxeadora se le vino a la mente la joven bailarina que había conocido hace un par de años a finales de los noventa. Era la persona perfecta para ese papel.

“La Yuma le debe muchísimo a Alma Blanco. Recuerdo que cuando miré su casting dije: ‘Dios mío es una bomba atómica esa chica, es increíble’. La creamos entre ella y yo, soy su mamá y ella es una hija muy digna y aportó mucho”, resalta la directora.

Un día Florence le ofreció el papel a Alma. Le explicó que tenía que aprender a boxear y que a sus 20 años era perfecta para interpretar a aquella aspirante a boxeadora. Alma aceptó encantada.

El guion y el proyecto de esta película fueron presentados a concurso internacional a varios organismos, para buscar financiamiento para su rodaje. En palabras de la propia Florence, “el guion de La Yuma tuvo gran aceptación, pero no la financiación”.

Así se grabó la emblemática última escena de la película. FOTOGRAFÍA CAMILA FILMS

Comenzaron a pasar los años y Alma conoció a Darío, un vulcanólogo italiano que llegó a Nicaragua en 2003 para tomar muestras de agua y piedras del volcán Apoyeque.

Se enamoraron y se fueron a vivir a Sicilia. Estando allá Alma tuvo a su hija Paula. Había casi olvidado lo de la película hasta que, en 2006, volvió de vacaciones a Nicaragua y Florence la contactó.

La francesa confiesa que luego de muchas sesiones de casting no daba con otra actriz que diera la talla para el papel principal de su ópera prima. Así que cuando supo que Alma estaba de vuelta en Nicaragua, le dijo: “Tenés que ser vos la Yuma”.

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Alma Blanco volvió en enero de 2008 a Nicaragua para comenzar el rodaje de la película. Le dieron 15 días para ponerse en forma y aprender a boxear. Habían pasado casi diez años desde que le propusieron el papel y le tocaba interpretar a una muchacha de 20, teniendo ella 30 años, pero gracias a su disciplina de bailarina en poco tiempo sacó músculo y se logró ver diez años más joven.

El rodaje fue intenso. Alma no estaba acostumbrada a que todo un equipo estuviera detrás de ella. Meses antes Florence hizo un casting masivo para encontrar a las personas perfectas para cada papel, cuidó cada detalle a la hora de elegir a cada uno de los actores principales y secundarios.

La primera escena de la película es precisamente ese partido de beisbol entre pandilleros y policías en que Jaugey escuchó por primera vez de la Yuma.

La cubana es otro de los personajes que dejó frases divertidas que hasta hoy se recuerda. FOTOGRAFÍA CAMILA FILMS

En Nicaragua, luego de la desaparición del Instituto Nicaragüense de Cine, la industria de la gran pantalla también desapareció. Muchos de los directores, camarógrafos y estudiantes de cine que volvieron a finales de los ochenta luego de pasar muchos años estudiando en la antigua Unión Soviética y otros países del bloque comunista, se encontraron con la nada absoluta en su retorno a Nicaragua.

Entonces muchos se dedicaron a montar pequeñas productoras de cine, publicidad o ya de plano dejar el séptimo arte a un lado para buscarse el pan en otro oficio.

Así fue como Florence conoció al cineasta Frank Pineda, con quien fundó Camila Films y quien se encargó de ser el camarógrafo de los documentales y películas de Jaugey. Juntos llevan desde 1989 haciendo documentales, películas y vida.

Gran parte de los jefes de área y la producción de “La Yuma” fueron estudiantes de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, en Cuba.

Los que normalmente serían ayudantes terminaron siendo jefes de área, pero el entusiasmo por grabar la película fue tal que no se fijaron mucho en la falta de experiencia.

Más o menos lo mismo ocurrió con los actores. Había una especie de mezcla entre personas con experiencia en teatro, bailarines y otros que eran actores empíricos y sin ningún tipo de experiencia.

“Ella lleva el talento en la sangre y le brota natural. La pasión por la danza sumada a la disciplina de hierro que tenía de bailarina, hicieron que fuera perfecta para el papel”, asegura Florence, refiriéndose a la nula experiencia en cine que tenía Alma Blanco.

Cuenta la directora que con Alma se podía grabar hasta 20 veces la misma escena y la joven parecía un reloj. Ponía el pie y las manos siempre en el mismo lugar durante la repetición de la misma toma, pero en cada una de ellas lucía siempre fresca y como si fuera la primera vez que hacía dicha escena.

Entre los actores principales estaban Rigoberto Mayorga, que interpretaba al Culebra, líder de la pandilla del barrio. Mayorga era profesor en una escuela de monjas. Otro de los personajes fue la Cubana, un travesti que era amiga de la Yuma y fue su cómplice en sus andadas; lo interpretó Juan Carlos García, que es bailarín.

Entre las caras más conocidas que participaron en la película están María Esther López, que según Florence llegó al casting para presentar a sus hijos a ver si podían ser miembros de la pandilla del barrio, pero “eran muy bien criados para ser pandilleros”, dice la directora. Finalmente, le dejó a María Esther el papel de Scarlett, una vendedora de ropa usada que le da trabajo a la joven boxeadora.

En la película también participó el entrenador de boxeo Guillermo “Polvorita” Martínez, que hizo de entrenador de la Yuma.

La cinta se grabó casi toda en Managua. Los principales escenarios fueron el barrio Altagracia, barrio Santa Rosa, las ruinas que en aquel tiempo estaban cerca del Ministerio de Gobernación y en la Universidad Centroamericana (UCA).

Algunas personas le dijeron al equipo de Camila Films que la película estaba muy cargada de personajes. A esto Florence responde que así es la realidad de Nicaragua.

“Me dijeron que hay demasiado en esa película, que es un circo, que un síndrome de Down, que un travesti, la gente se asustaba pues, pero es que así es la realidad. La realidad de Nicaragua es muy diversa, muy colorida y muy recargada y sobre todo existe”, respondió a este señalamiento.

El rodaje de la escena de la única pelea de La Yuma fue grabado con más de 300 personas. FOTOGRAFÍA CAMILA FILMS 

Otro aspecto que recibió muchas críticas fue el final de la cinta. La Yuma obligada por la pobreza tuvo que entrar al mundo de los hombres y las pandillas, y solo tenía para defenderse los puños, pero finalmente decidió abandonar su sueño. Según la directora francesa, el personaje se sale del patrón que la mayoría de muchachas siguen en ese contexto.

“Su destino sería embarazarse joven, que la deje el novio por irresponsabilidad o porque está en la cárcel o muerto, luego buscar trabajo en una zona franca, pero no quiere entrar en este patrón y así pues es la única mujer de la pandilla. Muchos querían un final feliz, pero para mí el que ella se vaya con el circo ya es un final feliz. Era improbable terminar la película con la Yuma siendo campeona del mundo y entrando al Salón de la Fama”, finaliza la directora.

La película estuvo al borde del colapso en varias ocasiones. Se trabajó siempre con los equipos y los recursos mínimos. En una de las ocasiones donde casi todo se va al traste, fue en la escena de la pelea en el gimnasio donde había por lo menos unas 300 personas. Pero en contra de todo se logró grabar íntegramente la primera y única vez que la Yuma se subió a un cuadrilátero.

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En las últimas semanas La Yuma ha estado de moda en redes sociales. Desde 2018 muchos jóvenes han salido de Nicaragua por la persecución política o en búsqueda de un mejor futuro en el extranjero. En la película la muchacha pobre que sueña con ser boxeadora y largarse de su barrio, dice una frase que se ha vuelto viral: “¡Algún día me voy a ir de este barrio hijuelacienputa”.

“Esa frase era más corta en el guion original, pero yo le metí más cosas porque Florence nos dejaba improvisar”, cuenta entre risas.

Pasado el estreno y los premios internacionales, Alma Blanco volvió a Sicilia con su hija y su compañero. En la actualidad tiene dos hijos más, Esteban (de 15 años) y Luigi, de 7.

Alma Blanca, la mujer que dio vida a La Yuma en la actualidad. FOTOGRAFÍA CAMILA FILMS

En Italia logró seguir su carrera de bailarina y de maestra de danza contemporánea, moderna y clásica. Trabajó durante 14 años en Cefalú, una pequeña ciudad turística de Palermo.

Está al tanto de lo que ha ocurrido en Nicaragua desde abril de 2018 y expresa que no está de acuerdo con lo que está haciendo el régimen de Daniel Ortega.

“Nuestrat generación creció siendo sandinista, pero luego de todo lo que ha sucedido y sigue pasando ya muchas personas no lo son. Crecimos con otro pensamiento y no con esta manera idiota de doblegar al pueblo”, opina Blanco.

La crisis sanitaria del Covid-19 golpeó especialmente fuerte en Italia. Alma y su familia se confinaron por completo durante dos meses y reconoce que siguieron todas las instrucciones por parte de las autoridades.
Luego de interpretar a la Yuma no volvió a actuar.

—¿Se puede decir que usted también cumplió el sueño de la Yuma, de salir de su barrio?
—Pues no. Yo estaba bien en mi barrio, con mi realidad. A veces no comprendida, pero vivía mi vida como yo quería.

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Alma Blanca, la mujer que dio vida a La Yuma tenía 30 años cuando grabó la película. FOTOFRAGFÍA DE CAMILA FILMS

Dos hermanos y un papel

Uno de los personajes más recordados es el Down, un jovencito con síndrome de Down que forma parte de la pandilla. Lo que la mayoría no sabe es que este fue interpretado por dos personas. Fueron los gemelos Emir y Raúl Cabezas, dos personas con este síndrome que se turnaron para hacer el papel debido a que era imposible separarlos durante las grabaciones.

La protesta del 6 %

En el primer guion de la película, había una escena de una protesta por el 6 % frente a la UCA y en donde la Yuma se iba a meter con el muchacho de clase media del que se estaba enamorando. Al final, esta escena fue eliminada porque requería cientos de figurantes y meter a la Policía para que participara de lleno. “Montar todo eso era muy caro y no me veía yo dirigiendo a tanta gente”, comenta la cofundadora de Camila Films.

Premios y nominaciones

Entre los reconocimientos y galardones que recibió este largometraje destacan la mención especial del jurado del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, Cuba, como ópera prima. Alma Blanco ganó el premio a mejor actriz en el Festival Internacional de Cine de Cartagena, luego ganó el mismo galardón en festivales de Málaga y de México. Además, “La Yuma” recibió varios reconocimientos en Europa y Sudamérica.

El circo

Un recurso que utilizó Florence fue introducir un circo dentro de la película. Esto, según la directora, es un homenaje y referencia al cine italiano. Una curiosidad que destaca fue que sin quererlo se toparon con un circo que se llamaba Libertad y precisamente el dueño de este se llamaba don Salvador. “Fue una especie de coincidencia mágica”, comenta
Jaugey

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