Prostitución: del sexo sagrado al OnlyFans

Reportaje - 03.09.2023
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La prostitución no solo es “el oficio más antiguo del mundo”, también es más antigua que los oficios. El intercambio de sexo por beneficios se ha observado en documentos milenarios, antiguos templos e incluso en el reino animal.

Por Redacción Magazine

Más de 3,700 años después de que el rey babilónico Hammurabi escribiera su famoso código, regulando los derechos de herencia de las sacerdotisas y las “mujeres públicas”, la prostitución continúa siendo un tema delicado y objeto de gran debate en todo el planeta.

A la par del estigma social que viven quienes la practican, se discuten temas difíciles como el abuso sexual, la pobreza y el tráfico de personas. Hay grupos a favor de la legalización del “oficio” y grupos partidarios de su abolición. Hasta ahora nada ha evitado que el fenómeno crezca, incluso bajo la figura conocida en redes sociales como “Sugar Daddy”.

Este es un vistazo a la historia de la prostitución a lo largo de milenios y su situación actual en Nicaragua y el mundo.

 

Ishtar era la diosa babilónica del amor, la belleza, la vida y la fertilidad. Las ishtaritu eran sacerdotisas que practicaban la prostitución sagrada para beneficio del templo.

Prostitución sagrada en la antigüedad

La idea de que la prostitución es “el oficio más antiguo del mundo” va de la mano con el milenario concepto de “prostitución sagrada”. La antigua Mesopotamia, cuna de la agricultura y la astronomía, también parecer ser una pionera de los servicios sexuales, con el detalle de que en aquel tiempo se llevaban a cabo en los templos.

El historiador griego Heródoto, quien vivió cinco siglos antes de Jesucristo, dejó escrito un pasaje en el que describe una supuesta costumbre babilónica que obligaba a las mujeres a ofrendar su cuerpo. "Cada mujer del país, una vez en la vida, debe unirse a un extranjero en el templo de Afrodita (Ishtar)”, dice el texto, que se halla en Los nueve libros de la Historia. “Cuando una mujer está sentada allí, debe esperar para poder regresar a su casa a que un extranjero le haya arrojado dinero en las rodillas y se haya unido a ella en el interior del templo (...). Cuando se ha unido al hombre, está dispensada de su deber hacia la diosa y puede volver a su hogar".

No obstante, en años recientes han surgido algunos investigadores que cuestionan la veracidad de esa descripción, pues consideran que no hay pruebas que la respalden ni evidencias de que Heródoto estuvo alguna vez en Babilonia. A su juicio, se trata de un simbolismo exagerado empleado por el griego para representar a Babilonia sometida bajo el régimen persa.

Por otro lado, en Mesopotamia existieron las ishtaritu, jóvenes educadas en música, canto y danza, que practicaban la prostitución ligada al culto de la fecundidad en el templo de Ishtar, diosa del amor. Las ganancias de su actividad cubrían las necesidades del templo.

Esa forma de prostitución también se ha conocido en otros lugares. Se practicó en Corinto, en el templo de Afrodita, y en Jerusalén, donde fue abolida hacia el 640 a.C. por el rey Josías, quien impuso el monoteísmo, detalla el reportaje de Infobae “De la prostitución sagrada a la esclavitud sexual”.

De igual manera, en la India la danza y el sexo fueron asociados con ciertos dioses que tenían bajo su servicio a bailarinas y devadasi (siervas de Dios) de “costumbres muy libres”.

En las religiones monoteístas no se observó ese intercambio “sagrado” de favores sexuales por dinero; pero la prostitución sí fue un “pecado tolerado” por la Iglesia y el Estado en la Europa medieval.

En la antigua Roma las prostitutas participaban en las Floralias organizadas por ediles plebeyos. Óleo de Prosper Piatti, Floralia, 1899.

Grecia y Roma: cortesanas y burdeles

El primer burdel de que se tenga registro fue fundado por un legislador griego, Solón, allá en el año 594 antes de Cristo. Las mujeres que trabajaban en esas “casas del placer” recibían el nombre de pornai (vendida) y generalmente eran jóvenes esclavas frecuentadas por marineros de paso y ciudadanos pobres.

Pero también existían las heteras, conocidas como “las cortesanas de Grecia”. Se trataba de un colectivo de mujeres que, según National Geographic, no se pueden encasillar ni llamar simplemente “prostitutas”, aunque ejercieran esa actividad. Las heteras ofrecían servicios sexuales, pero en ningún caso se les confundía con las pornai de los burdeles.

Podían provenir de cualquier estrato social, ser libres o esclavas y haber nacido en Atenas o en otro lugar; destacaban por su belleza y por sus conocimientos tanto en música y danza como en temas que les exigían ser particularmente cultas. La hetera era la pareja que los hombres casados presumían en lugares públicos ante los demás hombres, incluso en los célebres banquetes atenienses de los que otras mujeres estaban excluidas.

“A diferencia de las prostitutas, las heteras tenían relaciones libres y consentidas, que estaban basadas en una mutua satisfacción: el partenaire debía disfrutar con ellas y ellas debían estar contentas con sus regalos y atenciones”, afirma el artículo Heteras: las cortesanas de Grecia, de National Geographic.

En aquella antigua Grecia las mujeres dependían de los hombres, pues ni siquiera podían salir solas a la calle para no poner en tela de juicio su integridad. En comparación, las heteras tenían más autonomía y libertad; por eso había hijas de ciudadanos atenienses que, al no tener una dote o aspirar a una mejor vida que la de simple esposa, aprovechaban su belleza para asumir el rol de heteras y adquirir una independencia económica que a la larga podía permitirles ser propietarias de su propia casa.

Otro tipo de prostitución, más difícil de “romantizar”, fue la de las pornais y los hetairos (compañeros). Estos últimos eran los amantes masculinos de los ciudadanos. A menudo se trataba de adolescentes que todavía no tenían barba, usualmente esclavos o extranjeros, porque era socialmente inconcebible y vergonzoso que un hombre ateniense recibiera dinero o regalos a cambio de sexo. El hombre que en su juventud se hubiese dedicado a la prostitución, perdía sus derechos cívicos.

De vuelta a los burdeles de Solón, estos eran gestionados por el propio Estado. Sujetos a regulación y fuertes impuestos, se ubicaban en los barrios marginales de la ciudad y sus propietarios eran proxenetas.

Fiel a su costumbre de seguir los pasos de Grecia, Roma instaló sus propias casas del placer. Los romanos creían que las prostitutas eran “un mal necesario” para que los hombres saciaran sus apetitos carnales sin poner en riesgo la virtud de las mujeres castas o casadas. También se dividían en dos clases: las refinadas cortesanas y las lupas (lobas) que generalmente provenían de familias pobrísimas que las habían abandonado, eran esclavas, pordioseras o jóvenes violadas que enfrentaban la marginación social. La mayoría ofrecía sus servicios “en tugurios pestilentes y bajo la atenta mirada de un proxeneta”, dice el reportaje Los secretos de las prostitutas de la Antigua Roma para conquistar a sus clientes, del diario ABC.

Las lupas se ponían colorete en las mejillas, carboncillo en los ojos, purpurina dorada en los pezones, pelucas doradas y sandalias con la leyenda: “Sígueme”, porque muchas se dedicaban a la prostitución callejera, mucho más difícil de controlar, ejerciéndola en lugares como cementerios y teatros.

Según registros históricos, en el año I después de Cristo, había cerca de 32 mil prostitutas inscritas en la capital del imperio romano. Los hombres que entraban a los lupanares eran vistos con buenos ojos e, incluso, felicitados por actuar en favor de la salud pública. Mientras tanto, se consideraba que las prostitutas carecían de dignidad y estaban en “el escalón más bajo de la sociedad”. Hay cosas que no han cambiado mucho.

Las prostitutas aztecas recibían el nombre de ahuianime. Tenían funciones religiosas y solían dar consuelo a los hombres que iban a ser sacrificados.

El “sexo de paga” en los imperios inca y azteca

En el antiguo imperio azteca la prostitución era legal y no necesariamente mal vista. A las servidoras sexuales se les conocía de forma genérica como ahuianime: “las que están alegres”. Pero había dos clases de trabajadoras del sexo: las sagradas y las comunes, que no tenían la misma aprobación social.

El término ahuianime se reservaba sobre todo para el primer grupo: el de las prostitutas sagradas de Tenochtitlán. Se trataba de mujeres jóvenes y hermosas que gozaban de cierto respeto y participaban en fiestas y rituales de carácter religioso; eran acompañantes y "alegradoras" de grandes guerreros y el último placer otorgado a las víctimas de los sacrificios mexicas. Llevaban el cabello suelto, el cuerpo pintado de amarillo y los dientes de rojo. También mascaban tzictli, un antecesor del chicle, para prevenir el mal aliento. Este tipo de prostituta tenía la posibilidad de vivir cómodamente, dueña y señora de su destino, e incluso casarse con el guerrero al que acompañaba.

El resto de trabajadoras sexuales no gozaba del mismo prestigio. Las autoridades políticas y religiosas permitían la prostitución siempre que se realizara junto a los caminos o en los edificios destinados para tal fin, conocidos como Cihuacalli, dice el artículo Historia de la prostitución, del diario Nueva Tribuna.

En el caso del imperio inca, el tema de la prostitución es menos claro. Diversas fuentes bibliográficas aseguran que quienes ejercían ese oficio eran tratadas con gran desprecio por la comunidad y que las otras mujeres no les hablaban para evitar ser confundidas con ellas. Esto se desprende de anotaciones realizadas por el escritor Garcilaso de la Vega, nacido en 1539 en Cusco, Perú.

A las servidoras sexuales se les conocía pampayruna, “mujeres públicas”, y se cree que el trato que sufrían se debía más a que eran extranjeras prisioneras de guerra obligadas a realizar esa actividad en chozas construidas fuera de la ciudad.

Otras fuentes afirman que en el imperio inca no era necesaria la prostitución puesto que el sexo no era visto como un pecado y se practicaba con total libertad.

En la Edad Media la prostitución fue un pecado tolerado y rentable en Europa. Esta obra se titula "Las diversiones del hijo pródigo", óleo del pintor veneciano Palma el Joven (hacia 1600).

El “pecado tolerado” en la Edad Media

En la Europa de la Edad Media, las sociedades ofrecían pocas opciones a las mujeres en general, pero aún menos a aquellas que no poseían una buena dote, carecían de protección familiar, se habían separado de sus maridos o cargaban con la “infamia” de haber sufrido un abuso sexual. Las que se encontraban en alguna de esas situaciones tomaban el camino de la prostitución como única salida.

Había diversas formas de practicarla: la que se ejercía en burdeles regulados por el propio Estado; la ocasional y encubierta, practicada en las calles, los baños públicos, las tabernas, los mesones, las casas particulares e, incluso, la Corte; “y la que resultaba de una coerción ejercida sobre las mujeres por su señor, padre, marido o alcahuete de turno”, afirma la revista National Geographic en el reportaje “La prostitución en la Edad Media: un pecado tolerado”.

Las prostitutas medievales estaban expuestas a contraer enfermedades venéreas; pero más amenazante aun era el paso del tiempo. Conforme la edad hacía sus estragos, iban perdiendo clientes hasta que finalmente debían elegir entre la mendicidad, la alcahuetería o vivir de la ayuda que pudieran darle compañeras de oficio e instituciones religiosas.

La mayoría trabajaba en burdeles o dependían de un hombre o mujer (alcahuetes) que les conseguían clientes y posada. En cualquier caso, vivían con lo justo y al margen de la sociedad, a pesar de que el Estado las “toleraba y regulaba”, consciente de lo que esta actividad ofrecía en beneficios monetarios.

De acuerdo con el artículo de National Geographic, cada ocho días un médico visitaba la mancebía, para evitar la propagación de enfermedades venéreas. Además, se promulgaron códigos de vestimenta para diferenciar a las mujeres “pecadoras” de las virtuosas. No podían usar velos ni joyas ni otras prendas abrigadoras reservadas para las “mujeres decentes”. Por otra parte, en Semana Santa debían guardar abstinencia y muchas eran enclaustradas en monasterios mientras pasaban esas fechas santas.

Etimología de la prostitución

A lo largo de los siglos, las sociedades han encontrado infinidad de términos para referirse a la prostitución y las personas que la practican. La mayoría de los que todavía se usan tiene orígenes antiquísimos.

Prostituta: La palabra viene del latín prostitutus, que quiere decir “algo colocado a la vista”, se sobreentiende que para ser vendido.

Ramera: Parece ser que el término proviene de la Edad Media, precisamente en el siglo XII. Las servidoras sexuales de aquella época colocaban ramas con flores en las puertas de sus casas y aposentos, para ser ubicadas por los clientes. Algunas fuentes agregan que esta costumbre también era usual en las tabernas que servían de fachada para el negocio de la prostitución, que en el medievo se practicó legalmente y bajo regulaciones del Estado. De esos distintos ramos, derivó el nombre de “ramera”.

Lupanar: En la antigua Roma las prostitutas eran llamadas con el latín “lupas”, que significa lobas. De ahí que las casas de lupas fueran conocidas como lupanares.

Fornicación: Los “fornix” eran esos lugares en penumbra situados bajo puentes, callejones y edificios, donde habitualmente se encontraban las prostitutas de la época romana con sus clientes. De ahí viene la palabra “fornicar”, que significa tener relaciones sexuales sin vínculo conyugal.

Porno: La pornografía y la prostitución están asociadas desde el nombre. La palabra “porno” viene del griego porne (vendido). Las prostitutas comunes de la antigua Atenas eran llamadas pornais.

Proxeneta. El nombre dado a quienes comercian con el cuerpo de otra persona también proviene de la antigüedad. Del latín proxenēta, que significa “intermediario, mediador, comisionista”, que a su vez viene del griego proxenētḗs.

Gigoló: Se trata de un prostituto atractivo que ofrece servicios sexuales a mujeres usualmente mayores. La palabra viene del francés gigolette, usada para hacer referencia a “chicas de la calle” o “mujeres desvergonzadas”. Las definiciones suelen ser más negativas cuando se refieren al género femenino.

El burdel más grande del mundo se encontraba en Alemania. El edificio de 11 pisos, en el que laboraban unas 150 prostitutas, se declaró en quiebra en 2020, afectado por la pandemia del Covid-19.

Situación legal en el mundo

Al menos en papel, los gobiernos del mundo han legalizado, penalizado o regulado la prostitución, en un intento de tener algo de control sobre el fenómeno. En muchos países se persiguen las actividades delictivas asociadas con la industria del sexo, pero se tolera la prostitución.

Holanda y Alemania: La prostitución es un oficio regulado en el que sus trabajadoras y trabajadores pagan sus impuestos y tienen seguro social. Es el modelo regulacionista que permite la prostitución, siempre que los trabajadores sexuales —en su mayoría mujeres— no sean menores de edad o víctimas de explotación sexual o trata de personas. En el caso de Holanda, cuando un cliente sospecha que está frente a uno de esos casos y aun así recibe el servicio en lugar de avisar a la Policía, comete un delito y puede recibir una pena de hasta seis años de cárcel. En Alemania existe el burdel más grande de Europa.

Suecia, Noruega, Francia e Islandia: Se persigue la adquisición de servicios (clientes y proxenetas), pero no el oficio de la prostitución. Se trata del modelo abolicionista en el que la prostitución se considera una forma de violencia contra las mujeres y se penaliza a los hombres que las explotan al comprar sus servicios sexuales. Los críticos del “modelo nórdico” sostienen que esta medida no ha eliminado la prostitución, sino que la ha traslado a la informalidad.

Suiza y Australia: La prostitución es tolerada, pero sometida a una reglamentación estricta.

España, Portugal e Italia: Los burdeles y el proxenetismo están prohibidos, pero los prostíbulos generalmente se toleran y funcionan oficialmente como salones de masajes u hoteles por horas.

Bélgica: Permite la prostitución, pero prohíbe los burdeles y el proxenetismo.

Lituania, Rumanía y Croacia: Lo que está penado con multas es la oferta del sexo de pago (y no la demanda).

Irlanda: Se prohíbe la prostitución en términos generales.

Rusia: Ejercer la prostitución es ilegal y, en teoría, quienes lo hacen pueden recibir multas simbólicas equivalentes a 23 euros. Aun así, solo en San Petersburgo unas 6 mil mujeres viven de este oficio, normalmente practicado en salas clandestinas, y hay más de 100 mil mujeres prostituidas en Moscú. De acuerdo con estadísticas oficiales, en todo el país hay un millón de servidoras sexuales; pero las asociaciones civiles dicen que son 3 millones. También es común en Rusia la explotación sexual de niñas y niños.

Estados Unidos: La prostitución es ilegal en todos sus estados, con excepción de algunos condados de Nevada, donde es regulada por el gobierno. Se considera un delito tanto la oferta como la demanda de servicios sexuales de paga. De todas formas, se estima que en Estados Unidos trabajan más de un millón de prostitutas y son explotados sexualmente decenas de miles de menores de edad.

Nicaragua: La prostitución es legal, lo que no ha impedido que las servidoras sexuales vivan bajo el estigma y el abuso, así como no se ha evitado el ingreso de menores de edad a este negocio.

Costa Rica: Se prohíben el proxenetismo y la explotación sexual, pero la prostitución es legal y está en aumento. Por otro lado, las regulaciones no han impedido que Costa Rica sea un país de origen, tránsito y destino de trata de personas.

México: La prostitución es legal en gran parte de sus estados, incluida la ciudad de México. Sin embargo, solo despenalizar la prostitución no ha sido suficiente para frenar la trata de personas, un crimen que va en aumento en ese país.

Argentina: La prostitución ejercida “libremente” por ciudadanos mayores de edad no está penalizada. También es legal en Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela y Uruguay (en este último las servidoras sexuales deben estar inscritas a un registro y poseer un carné sanitario).

Brasil: El intercambio de sexo por dinero es legal, pero no están permitidos el proxenetismo ni los prostíbulos. El país es un destino para el turismo sexual.

La prostitución es ilegal en China, Corea del Sur, Corea del Norte, Birmania, Laos, Mongolia, Vietnam, Sri Lanka, Filipinas. También en Tailandia, un destino para el turismo sexual. En África, la mayoría de países prohíben la prostitución, pero igualmente se practica como método de supervivencia.

El sexo de paga también es ilegal en la mayoría de países musulmanes con sanciones que pueden incluir la pena de muerte.

Se estima que en Nicaragua hay unas 15 mil servidoras sexuales; pero el número podría ser mayor.

Así es en Nicaragua

En Nicaragua la prostitución es legal y se practica tanto en burdeles como en clubes e incluso en la calle. Suelen ejercerla mayoritariamente mujeres de escasos recursos y mujeres transexuales que, ante la falta de oportunidades de empleo y la discriminación social, optan por esa salida. Se estima que hay alrededor de 15 mil mujeres prostituidas en el país, donde también se ha extendido la prostitución infantil.

El 18 de abril de 1927 fue aprobado un reglamento para regular a las “mujeres públicas” que ejercían en “burdeles y mancebías” de Nicaragua. Estas debían ser inscritas por la Policía y revisadas por un médico de Profilaxia Venérea; si se negaban al trámite, eran multadas con ocho córdobas e igualmente sometidas al examen clínico. Las prostitutas menores de 15 años no eran inscritas, sino que debían ser enviadas a una casa de corrección hasta que cumplieran 18 años o antes. El reglamento establecía, también, el pago de cuotas para sanidad y otras causales de multa o arresto. Con los años las regulaciones se fueron relajando, pero la prostitución siguió creciendo, así como los abusos hacia las personas que la practican.

"Desde hace mucho tiempo las trabajadoras sexuales éramos víctimas de muchas violaciones de nuestros derechos, sobre todo de parte de la Fuerza Pública", declaró una trabajadora sexual nicaragüense a la BBC en junio de 2015, cuando 18 mujeres del gremio fueron acreditadas como facilitadoras judiciales para ser mediadoras en conflictos que suelen presentarse con frecuencia en el oficio.

La iniciativa fue aplaudida en medios internacionales; sin embargo, el mundo de la prostitución en Nicaragua es bastante más oscuro. De acuerdo con un reportaje de El País, para febrero de 2016 se estimaba que cerca de 20 mil niños, niñas y adolescentes nicaragüenses eran víctimas de explotación sexual en alguna de sus manifestaciones, como pedofilia, pornografía, prostitución, turismo sexual o trata de menores. La luminosa ciudad de Granada fue citada como uno de sus principales escenarios, donde algunas niñas venden chicles como fachada y ofrecen servicios sexuales a cambio de unos dólares.

Más recientemente, en 2021, activistas nicaragüenses denunciaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que la violenta invasión de colonos a territorios indígenas ancestrales está causando hambre, prostitución, muerte y desplazamiento forzoso en la Costa Caribe del país.

"Cuando hay desplazamiento, las mujeres tienen una mayor carga y desamparo, muchas se ven obligadas incluso a la prostitución para tener algo de ingreso para llevar comida", dijo el activista Juan Carlos Ocampo, de origen miskito.

A eso habría que sumar la situación de nicaragüenses que son captadas por redes de trata de personas y son explotadas sexualmente en países como España, El Salvador, México y Guatemala.

La crisis sociopolítica que atraviesa Nicaragua ha agravado la situación y ahora hombres y mujeres nicaragüenses se prostituyen en Costa Rica para poder sobrevivir en ese país, que tiene un costo de vida fuera de su alcance. Muchos se colocan en el parque La Merced y ofrecen sus servicios incluso a plena luz del día.

. La prostitución es el segundo negocio que más dinero mueve en el mundo, con alrededor de 108,000 millones de dólares anuales, según datos de Naciones Unidas.

Diez cosas sobre el mundo de la prostitución

Trata. De acuerdo con cifras del organismo Sonrisas de Bombay, anualmente más de 500,000 personas son víctimas de la trata en todo el mundo y la mayoría de ellas son captadas para ser explotadas sexualmente. Casi tres cuartas partes de las víctimas detectadas a nivel mundial son mujeres; el 31 por ciento son niñas y niños (23 y 8 por ciento, respectivamente). El gobierno de Estados Unidos es menos conservador en sus cifras y, en enero de 2023, estimó que hay 27.6 millones de personas captadas con fines de explotación sexual o laboral en todo el planeta.

Billones. La prostitución es el segundo negocio que más dinero mueve en el mundo, con alrededor de 108,000 millones de dólares anuales, según datos de Naciones Unidas. El tráfico de drogas está en primer lugar: con 300,000 millones de dólares anuales; sin embargo, en la relación costo-beneficio la prostitución se considera más “rentable”, pues la explotación sexual de mujeres, niñas y niños “cuesta menos” que el narcotráfico.

 Debate feminista. Actualmente se discute si las mujeres que “voluntariamente” comercian con su cuerpo deben ser consideradas víctimas o trabajadoras del sexo. Por un lado, están las feministas partidarias del abolicionismo (hay que castigar al cliente y no a la servidora sexual) y, por el otro, las del regulacionismo, que ven la prostitución como una profesión que debe ser legalizada y normada en igualdad de condiciones con cualquier otra, sin los estigmas que ha acarreado por milenios. Las defensoras del regulacionismo llaman a diferenciar entre la prostitución voluntaria y la trata de personas. Las abolicionistas sostienen que la oferta-demanda de sexo se nutre básicamente de mujeres atrapadas en la pobreza, la violencia y las desigualdades, la inmigración irregular, el machismo y las redes de explotación y tráfico de personas.

 Código. Hace casi cuatro mil años, en la antigua Mesopotamia, ya existía el interés por regular ciertos derechos de las prostitutas. El célebre Código de Hammurabi (282 leyes inscritas en una piedra por el rey de Babilonia Hammurabi, 1795-1750 a.C) estableció que las sacerdotisas y las “mujeres públicas” tenían derecho a una parte de la herencia del padre y, en algunos casos, podían disponer de ella como quisieran. Esto no quiere decir que aquella no era una civilización machista. En otros pasajes el código dice cosas como esta y peores: “Si no ha sido correcta y vigilante y hay error en su conducta, si disipa el patrimonio, si ha descuidado la atención de su marido, esta mujer será arrojada al agua”.

Niñas. Para que una adolescente de la España del siglo XVI pudiera ingresar a una casa de prostitución, debía presentar una serie de documentos ante un juez, demostrando que tenía más de 12 años y ya no era virgen; también debía ser huérfana o de padres desconocidos, nunca de una familia noble. El juez intentaba convencer a la niña de no ejercer el oficio; si no lo lograba, le otorgaba el permiso para ser prostituta.

Magdalena. Sin lugar a dudas la prostituta más famosa de todos los tiempos es la bíblica María Magdalena; sin embargo, nuevas investigaciones sugieren que en realidad no se dedicaba a ese oficio. María Magdalena fue “una mujer adinerada de un pueblo económicamente bien posicionado” y no necesariamente una prostituta, considera Jennifer Ristine en “María Magdalena: percepciones desde la antigua Magdala”, citada por El País en 2018. Además, no hay en la Biblia una referencia a que María Magdalena fuera una prostituta. Esa concepción, tan mundialmente aceptada, proviene del papa Gregorio I, quien en el año 591 lo estableció así. Debido a su importancia clave en la vida de Jesús (ella fue “el primer testigo de su resurrección”), en 2016 el papa Francisco la nombró formalmente “apóstol de los apóstoles”.

OnlyFans. En la plataforma de contenido erótico ya hay alrededor de 1.5 millones de creadores y 150 millones de usuarios en todo el mundo que pagan un promedio de 12 dólares al mes a sus cuentas favoritas. El 20 por ciento de las ganancias acaba en los bolsillos de OnlyFans, al que algunos detractores han bautizado como “proxeneta digital”. El sitio ofrece “pornografía de nicho” catalogada como “prostitución suave”. Aunque sus defensores aseguran que los creadores tienen la posibilidad de elegir qué publicar y qué no, estableciendo sus límites, sus críticos dicen que “cuanto más se enseña, más se gana” y muchas jovencitas que empiezan ahí terminan en la prostitución.

Migración digital. Con la globalización del Internet, en algunos países la prostitución ha migrado masivamente hacia la web. De las 600 mil trabajadoras sexuales que se estima hay en España, 100 mil ofrecen sus servicios a través de páginas de contactos. Al margen del debate ético sobre la prostitución, hay quienes consideran que este nuevo modo de trabajo brinda a las servidoras sexuales más control e independencia fuera del alcance de las mafias.

Sugar Daddy. El fenómeno del “Sugar Daddy” se considera otra forma de prostitución, aunque “edulcorada” bajo la figura de un señor adinerado que llena de lujos y regalos caros a las muchachas jóvenes no tan adineradas con las que sale. Es prostitución encubierta y blanqueada por chistes y memes en redes sociales, dicen sus críticos.

Verónica Franco, "reina de las cortesanas"

Verónica Franco. Algunos la llaman “reina de las cortesanas”. Vivió en la Venecia del siglo XVI, donde no solo destaco por su belleza, sino también por su cultura y su moderna visión de los derechos de las mujeres. Llegó a ser una famosa poeta y tuvo el privilegio de elegir a sus amantes, lo que le permitió codearse con hombres poderosos, incluido el rey francés Enrique III, quien recurrió a sus servicios. Según un artículo de National Geographic, murió de fiebres en Venecia a los 45 años de edad. La película “Belleza Peligrosa” está basada en su vida.

Prostitución en el reino animal

En 1998 Fiona Hunter, investigadora de la Universidad de Cambridge, llegó a una inquietante conclusión, luego de pasar cinco años observando el apareamiento de los pingüinos Adelia en la Isla Ross, cerca del Polo Sur. Hunter notó que las hembras tenían relaciones sexuales con machos de su especie a cambio de piedras, un comportamiento que puede interpretarse como prostitución.

Las piedritas útiles para construir los montículos de los nidos son un bien escaso en las costas antárticas; pero los pingüinos que habían tenido sexo con sus vecinas no se inmutaron cuando estas tomaron algunas para llevárselas a sus propios nidos.

Otro caso documentado es el de los monos que reciben una compensación sexual tras haber limpiado de parásitos la piel de un compañero. Según Infobae, esto fue comprobado en el 89 por ciento de los casos estudiados por el investigador Michael D. Gumbert, del Instituto Hiram.

En un experimento con monos capuchinos se descubrió que pueden entender el concepto de dinero... y practicar la prostitución.

Por otro lado, en 2009 un estudio realizado en Costa de Marfil por el instituto alemán Max Planck de Antropología Evolutiva sugirió otra forma de prostitución entre los chimpancés: sexo por carne. Luego de tres años observando a un grupo compuesto por cinco machos, 14 hembras y unos veinte chimpancés jóvenes en el parque nacional Taï, los investigadores llegaron a la conclusión de que las monas se apareaban más con los machos que les habían dado carne, aunque solo hubiera sido una vez, en un claro intercambio de sexo por comida.

Pero hay otro caso, también con monos, que involucra directamente el concepto de dinero. En 2005 se conoció el resultado de una investigación realizada en el Hospital Yale-New Haven, donde siete monos capuchinos recibieron diminutos discos de plata que aprendieron a usar para adquirir bienes como golosinas y frutas. Luego de ser sometidos a fenómenos como el encarecimiento, los capuchinos experimentaron sentimientos de pérdida, un atraco bancario y prostitución.

En la jaula, un macho capuchino se acercó a una hembra y le entregó una moneda; luego de copular con su benefactor, la mona fue a comprar una uva. Según el New York Times, probablemente ese haya sido el primer intercambio de sexo por dinero en la historia de los monos.

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