¿Que el nica se come la “s” al hablar, que somos burlescos, malhablados, que nos gusta el nacatamal y poner apodos. Y si somos así, ¿por qué los somos? Magazine junto a especialistas en la materia intenta dar respuesta a 20 preguntas sobre el ser nicaragüense
Redacción Magazine
1. ¿Por qué los nicaragüenses somos impuntuales?
En Nicaragua, el mal hábito de la impuntualidad se ha vuelto parte de la cultura nacional porque llegar tarde es dispensado y todos lo practican como si a nadie le preocupara o le afectara. Los niños crecen aprendiendo que “nadie es puntual” y por eso se vale llegar una hora después a las piñatas o invitar una hora antes para “comenzar a tiempo”. Algunos hasta creen que la puntualidad es mala, porque llegar a tiempo significa que uno estorba o que una persona importante debe hacerse esperar. En general, nos hemos inventado una supuesta “hora nica” para justificar y divertirnos con la impuntualidad, pero la verdad es que la tardanza no lo agarra a uno, ni el tiempo es dueño de nosotros. Simplemente es un mal hábito que se puede corregir con voluntad y disciplina.
Ledia Gutiérrez. Psicóloga.
2. ¿Por qué llamamos “chunche” a cualquier “chochada”?
La lengua es parte de los elementos identitarios de un pueblo. En todas las hablas encontramos palabras “comodines” que designan de manera imprecisa un objeto como chereque, armatostes, bártulos, carracas, chirimbolos...
El lexicógrafo Alfonso Valle registró cachivache y chunche como vocablos que el nicaragüense utiliza para referirse a todo, cualquier objeto sea grande o pequeño; bonito o feo; nuevo o viejo. A esta lista se agrega chochada, de mayor frecuencia de uso y mayor riqueza gramatical y léxica, porque puede referirse a un objeto, problema, enfermedad, actitud, comportamiento o asunto sin importancia: ¿Y esa chochada que pusiste ahí? / Es una chochada, pero me preocupa. / Esta chochada no se me quita. / Vos solo sos chochadas. / ¡Siempre la misma chochada!
El uso de estas palabras polisémicas no muestra necesariamente pobreza léxica, sino que obedece a factores culturales que solo desde una perspectiva pragmática-discursiva pueden ser interpretadas. De ahí que, a pesar de su aparente imprecisión, los nicaragüenses entendemos su significado en la mayoría de las ocasiones. La razón es que los hablantes rechazan el uso de un vocabulario más amplio y preciso, sencillamente por considerarlo innecesario, ya que al señalar el objeto en un contexto bien determinado se satisfacen las necesidades comunicativas y expresivas.
María Auxiliadora Rosales Solís. Lingüista.
3. ¿Por qué sentimos que el Caribe de Nicaragua es otro país?
Además de la distancia geográfica, en la Costa Caribe hay una influencia cultural totalmente diferente, partiendo de la colonización; el Pacífico fue colonia española y el Caribe colonia inglesa. Incluso ese territorio no fue parte de Nicaragua, hasta finales del siglo XIX.
En asuntos de razas, los nativos de aquí desaparecieron; por el contrario, ellos se impusieron y hasta hoy se mantienen las comunidades miskitas, ramas, garífunas y los negros africanos. Tienen un arraigo cultural muy fuerte, incluso sienten que aquí hemos perdido la identidad del indio nicaragüense.
Hay muchas diferencias que derivan de aspectos territoriales, históricos, culturales y hasta religiosos, pero no son más que eso, diferencias como en todos los pueblos. No hay que verlo como discriminación, considero que no existe tan cosa.
Sí hay un distanciamiento entre las poblaciones, pero eso también es culpa de los gobiernos; hay pocas vías de comunicación adecuadas o accesibles a la población, hasta hace algunos años era una travesía ir por tierra y en avión no todos podían.
Esa sensación de tener “allá” otro país es recíproca. Ellos en muchos aspectos no se sienten nicaragüenses. Y tiene razón porque no compartimos una historia en común. Los relatos de Andrés Castro, Cristóbal Colón y Nicarao son cosas ajenas para ellos; tienen otros antecedentes, han vivido sus propias luchas y procesos de desarrollo. Bluefields fue una colonia inglesa desarrollada e importante, mucho antes de ser declarada ciudad incluso.
Se ha ido construyendo una historia e identidad paralela a la nuestra, pero también se está haciendo un esfuerzo por acercarnos y romper un poco las diferencias para trabajar en función de un país.
Bayardo Cuadra. Historiador.
4. ¿Por qué los hombres piropean a las mujeres en la calle?
Se supone que el piropo es una galantería. En la antigüedad aludía a una piedra preciosa, el rubí, por lo cual la palabra terminó usándose como analogía de lo brillante y bello. Deriva del latín pyr, que significa “fuego” y oops, “aspecto”, es decir, que tiene la calidad de parecerse al fuego (como en piromanía o pirotecnia). También por analogía se le llama piropo a las frases que un hombre lanza a una mujer que no conoce sobre su físico —usualmente cara, senos o trasero—, porque su aspecto hace “arder” su deseo. Y suele ser una común fantasía masculina que esa hermosa mujer que pasa, le corresponde. En realidad, estas verbalizaciones son tanto una imposición —pues la mujer no le ha pedido al desconocido ninguna evaluación sobre su aspecto— como un rito de confirmación de su masculinidad: hacer insinuaciones sexuales a ella, le confirma a él que es un “hombre” (heterosexual). Pero además que —por muy viejo, feo, bruto o desposeído que sea— pertenece al grupo dominante en la sociedad y puede hacer lo que quiera con el grupo dominado. Las relaciones de habla en el mercado lingüístico han sido monopolio de los hombres y expresan relaciones de poder. Los hombres pueden por ello, sin ninguna consideración, apropiarse verbalmente del cuerpo de las mujeres, haciendo pasar su dominación por halago y creyendo asimismo que la receptora debe sentirse agradecida por las pedradas que le tira.
Sofía Montenegro. Periodista e investigadora.
5. ¿Por qué gusta tanto la nota roja?
La nota roja es gustada casi por las mismas razones por las que al campesinado le gusta la música ranchera: es lo único que las radios le ofrecían. Hoy la mayoría de gente en los barrios y asentamientos tiene al televisor como su principal electrodoméstico. Es su ventana al mundo, oportunidad única para el consumo simbólico y sentido de pertenencia social y política. Si a esto le agregamos que los noticieros rojos se realizan en los escenarios donde vive la mayoría, que son pobres, pues la mesa ya está servida. La nota roja es un gusto aprendido. Esto lo saben bien los mercaderes de la noticia roja, quienes se guían por un viejo adagio de su escuela: inyectemos dolor para extraer placer.
6. ¿Por qué hay nicas que hablan de tú?
En nuestra sociedad, el “vos” adquiere un rango importante desde el punto de vista semántico y dialectal, por lo que predomina en la expresión oral y hay todo un paradigma verbal en torno a este.
Si todos usamos vos al hablar, quienes usan el tú podrían hacerlo en un intento de distinción social. Yo no lo veo adecuado, sobre todo en periodistas o un diplomático, porque hablar de vos no es hablar mal o faltar el respeto, se trata de un expresión característica en Nicaragua.
Cuando alguien aquí habla de tú, que no sea extranjero, al oyente le sueña mal, es un sonido chocante y suelen decir: “Este se las quiere dar”, “quiere sonar diferente”. Por eso el “tú” no es una tendencia al hablar. Cada cual tendrá sus razones para querer usarlo, pero si se trata de hablar con respeto puede sustituirlo con “usted” o “señora”, que es más adecuado en nuestro contexto.
El vos tiene origen en el vosotros, que ha evolucionado desde el siglo XII. Con la división de las clases sociales y la transformación de la sociedad también el lenguaje se transforma. El vosotros que se usaba para referirse a las altas jerarquías, a reyes y miembros de las nobleza, con respeto; “vosotros señores, a vos majestad”. En su evolución morfológica, semántica y hasta social, el vos fue una expresión de respeto, formalidad y elegancia. Ahora se han invertido los papeles y algunos creen que el vos se usa en planos informales, pero nosotros como sociedad nicaragüense lo asumimos como normal, es propio.
Francis Mendoza Morán. Docente de Filología Hispánica y Lexicografía Española.
7. ¿A qué se debe que seamos tan supersticiosos?
El nicaragüense lleva en su ser las creencias míticas, mágicas y religiosas desde tiempos precolombinos. Son creencias de todo tipo, han sido heredadas por medio de la transmisión oral, pertenecen a nuestro folclor. Este pensamiento mítico ha dado a luz a grandes leyendas del folclor narrativo como la carreta nagua, su nombre viene de los náhuatl. También existen muchas oraciones populares, creencias que rigen nuestra vida cotidiana. En ritos de nacimientos o para recién nacidos, contra enfermedades o malos espíritus. El nido del pájaro macuá, el poderoso pantinwata de los miskitos, los filtros de amor de Diriomo, los duendes burlones de Monimbó, las ceguas, las monas brujas, etc. Nuestro país tiene su encanto en cada ahuizote y en cada leyenda que se transmite y se vive de generación en generación, se asume como una realidad colectiva y a veces se cuentan o se practican solo por costumbre. Estas creencias se entremezclan con nuestra vida espiritual y material, forman parte de nuestra personalidad e identidad.
Wilmor López. Periodista y folclorista.
8. ¿Por qué los nicaragüenses somos confianzudos?
Se dice que el trato confianzudo del nicaragüense se origina durante la colonización española como una manera de acortar artificialmente la distancia, tratando a alguien recientemente conocido como si tuviéramos con él una antigua amistad, como plantea Emilio Álvarez Montalván en la Cultura Política Nicaragüense. Sin embargo, hoy ese trato amistoso es parte de las cualidades del nicaragüense. Está bien visto y nos halagan por ser hospitalarios, aunque caigamos en lo confianzudo porque se tiene “ganancias”: más amigos y popularidad. De ahí que para la mayoría es algo que se debe conservar y se le exige a los hijos que tengan muchos amigos, porque se sale de la norma quien es serio y poco “amistoso”.
Ledia Gutiérrez. Psicóloga.
9. ¿Por qué somos malhablados?
Yo escucho en la universidad saludos como “qué pasó mierda, ajá mierda, entonces mierda”, y en el contexto no es precisamente una ofensa, incluso refiere a cierta cercanía de los interlocutores; aunque la palabra mierda sea pesada. Está presente el poder del hablante en transformar las palabras, con tanto uso, hasta convertirlas en sustantivos, adjetivos, pronombres y hasta verbos: “Te voy a turquear”.
Las palabras malsonantes, groseras y ofensivas se han vuelto tan comunes que transforman el subconsciente colectivo, de modo que un “ideay verga”, “va a la verga”, no siempre se asocia a un insulto. Quienes más usan este vocabulario son los jóvenes, pero está presente en todos los círculos sociales. El vocabulario de los jóvenes también tiene que ver con el tipo de cosas que leen, la programación que consumen y su entorno. A veces incluso se habla de manera vulgar para imponerse, intimidar o pertenecer a un grupo en el cual este sea un código de lenguaje.
El vocabulario soez va evolucionando, pero hay que tener cuidado y saber que lenguaje popular no equivale a vulgar. No tiene que ver siempre con la educación o con el poco dominio léxico, tenemos un lenguaje pasivo y activo y en todo momento estamos decidiendo cómo y dónde vamos a expresarnos de una u otra forma. Hay funciones para cada palabra, y este lenguaje tiene un papel importante, sobre todo cuando intervienen las emociones. Si estás enojado, se te sale el indio, no vas a sentir lo mismo en decir: “Que mal...”, que en decir “¡A la puta!”.
Francis Mendoza Morán. Docente de Filología Hispánica y Lexicografía Española.
10. ¿Por qué se dice que somos el país más seguro de Centroamérica?
Las autoridades presentan como único indicador de seguridad la tasa de homicidios, y si presentamos solo eso Nicaragua es uno de los más seguros. El problema es que ese es solo uno de los indicadores, no es el todo, y hay otros indicadores pendientes como la tasa de robos, delitos sexuales, violaciones y otros.
Desde el 2011, Nicaragua ha registrado 12 homicidios por cada 100 mil habitantes, mientras Honduras registra 82 y El Salvador 62. Eso nos dice que somos de los menos violentos de la región y más exactamente el segundo, porque Costa Rica es el primero con solo 9 homicidios.
Sin embargo, cuando se revisan tasas de violaciones y robos todo cambia. En violaciones, Nicaragua es más alto que Honduras (43), El Salvador (39) y Guatemala (25), con un promedio de 61 violaciones y en robos registra 401, por encima de El Salvador (93) y Honduras (301).
Es decir, que las cifras completas indican que Nicaragua no goza de una posición privilegiada de seguridad en Centroamérica, tal como lo hacen creer las autoridades. Ellos dicen una media verdad, que es lo mismo que decir media mentira y eso es jugar con la realidad delictiva de Nicaragua.
Roberto Orozco. Consultor independiente. Experto en temas de seguridad ciudadana.
11. ¿Por qué Nicaragua es un país tan belicoso?
Muchos historiadores ubican en los rasgos de la conquista española la raíz fundamental de ese rasgo belicoso y falto de visión nacional en Nicaragua. Específicamente, algunos se lo atribuyen al conquistador Pedrarias Dávila, que se deshacía de todos sus potenciales adversarios en el camino. Además, hay que recordar que en Nicaragua no hubo guerras de liberación contra la colonización, sino un relevo de poder de parte de la oligarquía criolla, mientras España se planteaba otros intereses en Europa y entonces esa oligarquía acarreó la nefasta herencia en la cultura política que se ve hasta nuestros días.
Efectivamente, la historia de Nicaragua ha sido de muchas guerras, con breves intervalos de paz y eso ha sido una condición bastante común en los otros países de la región, donde las ideas de democracia han llegado tarde.
Lamentablemente, en Nicaragua también hemos visto como cuando parecemos encaminados a la institucionalidad, la ambición de poder del grupo gobernante nos arrastra a un retroceso a todos los niveles, que cuando se agudiza empuja al pueblo hacia un derrotero peligroso.
Hugo Torres. General de brigada en retiro y diputado ante el Parlamento Centroamericano.
12. ¿Por qué nuestros políticos son arribistas?
Los políticos nicaragüenses siempre tienen una visión de corto plazo: llegan a ocupar un cargo y piensan que su período en el poder es muy corto y buscan aprovechar al máximo ese poder, con una visión del Estado-botín, que no es solo el robo, sino el uso del Estado para favorecer una empresa o un consorcio determinado o para el enriquecimiento de una persona, compañía o empresa.
Por lo tanto, también se busca estar bien con el círculo de poder, absteniéndose de cualquier crítica, porque “pensar es peligroso” y se teme contradecir al Gobierno o decir que está errado...
Esto en Nicaragua viene desde la época de Pedrarias Dávila, que enriqueció a su familia, fue sucedido en el poder por un pariente e hizo alianza con la clase dominante de la época y con un sector de la Iglesia. La clase dominante tampoco cree en la democracia ni en los contrapoderes, sino en la concentración de poder. Practica el autoritarismo, la democracia de fachada, la manipulación y la mentira como instrumento político y el mimetismo partidario. En total son unos 23 rasgos los que representan esta cultura política nicaragüense.
Óscar René Vargas. Analista político, sociólogo y economista.
13. ¿Por qué el nacatamal es nuestra comida típica?
Es una costumbre de antes de la colonia. Nuestros indios usaban las hojas de plátano para envolver masa de maíz y carne de animales silvestres; que no era carne de res ni de cerdo porque no había aquí. Cavaban huecos en la tierra y lo preparaban en esos hornos al vapor. Con la llegada de los españoles nuestra comida también se transformó, los indígenas le metieron el cerdo al nacatamal y se convirtió en un platillo importante. Entre otros platos nicaragüenses, muy representativos de nuestra cultura como el indio viejo o el vaho, el nacatamal tiene un encanto particular.
José Coronel Urtecho nos dejó un precioso escrito del nacatamal, es una oda a este plato. Se ha usado como símbolo, se ha exaltado como plato y por eso destaca más que otras comidas propias. El gallopinto, el vigorón y el chancho con yuca son muy nicas. Pero me sumo a la declaración popular y a lo dicho por el poeta Urtecho, el nacatamal es nuestro plato típico por excelencia.
Bayardo Cuadra. Historiador.
14. ¿Por qué no protestamos como consumidores?
Estoy de acuerdo en que la mayoría de consumidores no protesta, se quejan, pero no llevan a cabo reclamos formales, hay algunos que sí, pero hasta para reclamar derechos de los consumidores hay que tener recursos materiales y tiempo, esa es otra limitante. Eso, la queja, expresar la inconformidad, el encachimbamiento, desahogarnos, buscar solidaridad con el vecino de la fila en el banco, en la venta, el súper o la ruta. Hasta ahí llegó, la queja parece ser para muchos, suficiente. El reclamo, la protesta, son otra cosa. El reclamo, desde la perspectiva consumerista, es una acción racional dirigida a resolver un conflicto, entiéndase usando mecanismos formales. Me atrevo a decir que la mayoría de personas que no reclaman dejan de hacerlo por dos cosas; por desconocimiento de los procedimientos y los derechos del consumidor en concreto, o por falta de confianza en el sistema, la idea de no recibir respuesta, ningún resultado, solo pérdida de tiempo y dinero, o sea, la frustración. Los procedimientos administrativos (públicos y privados) son en exceso burocráticos, el sistema está diseñado para que te cansés a medio camino y entonces desistás. Sobre lo otro, la falta de conocimiento de los derechos en concreto, de la ley, de su reglamento, a la gente no se les enseña, ni de padres a hijos, ni en el colegio, por ningún lado. Y claro, con el factor yoquepierdista y de desinterés para conocerlos, es más importante la novela, el chat, el juego, etc. Así que nosotros mismos les restamos importancia a nuestros derechos, a nuestra propia estima. ¿Sabían que antes que termine este año vamos a tener una nueva Ley de Consumidores?
Jorge Roossees. Consultor jurídico, especialista en Derecho de Consumidores.
15. ¿Por qué somos tan burlescos?
La burla es patrimonio del nica, se ríe hasta de sus desgracias. Somos tan ásperos en la burla, que cuando vemos caer a un prójimo en la calle, lo primero que hacemos es reírnos y después corremos a ayudar. El nicaragüense es un agudo observador, mira y luego dispara sus burlas. No hay estadísticas de crímenes por una burla, pero si nos ponemos a investigar vamos a encontrar que se han cometido crímenes por una broma, por una burla, por una jodedera. Hasta la desgracia tiene su sentido burlesco. Entre los grandes burladores de nuestra historia están el tío Conejo, que se burla del tío Coyote; la comadre de la Novia de Tola, que logró dormir a su prometido, quien no llegó a la iglesia y la dejó “burlada”; y el Güegüense, que con su sordera fingida se burla del Gobernador Tastuanes, la autoridad española, y de esta manera se convierte en el burlesco más famoso de nuestra historia hispanoamericana.
El nica no respeta a nadie. Todo es motivo y razón de burla, un modo de sazonar la vida y sus males. Un ejemplo son las caricaturas de Manuel Guillén donde hace sátira del mundo político y la sociedad, este artista tiene sus antecedentes en otro grande la risa en caricatura, Alberto Mora Olivares. Somos genio y figura hasta la sepultura.
Wilmor López. Periodista y folclorista.
16. ¿Por qué somos más bajos respecto a otras razas? A la blanca o negra, por ejemplo.
En realidad, la característica que etiqueta a los nicaragüenses en esta pregunta, no corresponde con la totalidad de la población. No obstante, no debemos ignorar que los poseedores de genes indígenas dominantes, tienen tendencia a ser bajos, no así los de ascendencia europea o africana. Considerando que el mestizaje se realizó en un intercambio genético en el cual el aporte mayoritario fue indígena: nahuas, chorotegas, maribios, matagalpas, sumos. Y el aporte minoritario es foráneo: europeos, africanos y asiáticos; es natural que, en el fenotipo de la mayoría de la población, la estatura sea menor que las razas puras de los blancos y negros. A pesar de esa realidad estadística, nuestro país es multirracial y está conformado por tres grandes naciones culturales (Pacífico, Centro-norte y Caribe), cada una con características físicas propias y elementos culturales diferenciados, hay gente baja pero también alta. Con esa variedad de poblaciones podemos concluir que no somos más bajos que otros, sencillamente tenemos variedad de tallas.
Rigoberto Navarro Genie. Consultor para Investigación y Capacitación en Arqueología, Antropología, Etnología y Museos.
17. ¿Por qué nos comemos la “s” al hablar?
En la cultura popular se dice que los nicaragüenses nos identificamos porque nos comemos la ese, lo que significa que no la pronunciamos. En realidad, la tendencia más bien es a debilitarla, no a perderla en su totalidad.
Desde el punto de vista fonético, aspiramos la s, cuya representación es una “h”, en algunos entornos como en conhtrucción: “construcción”, y en muchos casos a omitirla (Ø) como en la articulación de loh estudianteØ, por “los estudiantes”, cuando se encuentra en posición final de palabra, y esta es una de las características fonéticas más relevantes del español hablado en nuestro país.
Esta realización articulatoria se conoce como una manifestación del seseo y se originó en un proceso largo, desde finales del siglo XV y durante el siglo XVII. Cuando el castellano revolucionó su sistema fonológico surgieron tres dialectos: el toledano, el castellano viejo y el andaluz, en la región sur de España. Este último se caracterizaba, entre otros fenómenos, por igualar los sonidos /s-z; ç-z/ y aspirar la –s en final de palabra.
Aunque no se tienen suficientes datos sobre el número de pobladores que invadieron territorio nicaragüense, según Boyd-Bowman, se puede comprobar que los andaluces fueron mayoría, porque uno de cada tres colonos era de esa región. En segundo lugar, Sevilla, su capital, jugó un papel importante en la organización de las expediciones que partían hacia América. Por lo que, en conclusión, heredamos esta pronunciación de los andaluces donde actualmente se presenta esta realización.
María Auxiliadora Rosales Solís, lingüista.
18. ¿Por qué le ponemos apodos a la gente?
Poner apodos o sobrenombres es un fenómeno hispanoamericano, pero el nicaragüense tiene un estilo propio. Tenemos la necesidad lingüística y cultural de nombrar las cosas o de interpretarlas según nuestro criterio o el contexto en el que estemos. Ves a alguien y lo caracterizás por su forma de vestir, su andar o su manera de expresarse, pero el hablante tiene por innatismo la capacidad de usar el apodo donde y como lo crea conveniente.
En general, se cree que el apodo es despectivo, ofensivo, malsonante o vulgar, pero no es del todo cierto. Hay apodos afectivos que denotan cariño y amor. Tienen que ver con la cultura, algo tan complejo como vasto. Hay incluso clasificaciones de apodos, que si por apariencia o características físicas, por defectos o virtudes a resaltar, incluso los heredados por las familias. Apodos de cariño u ofensivos; la gordita, el patuleco, la chamuca.
Los apodos tienen una función lingüística y comunicativa muy importante, sobre todo porque se dan en el ámbito personal del individuo. Es parte de nuestra riqueza lingüística y es una expresión de la capacidad inventiva y la empatía que desarrolla el nicaragüense con tanta facilidad. Son parte de los fenómenos lingüísticos que le dan riqueza a nuestro lenguaje.
Francis Mendoza Morán. Docente de Filología Hispánica y Lexicografía Española.
19. ¿Por qué Nicaragua tiene la gasolina más cara de América Central?
El proceso que culmina en la bomba con la descarga del combustible en el tanque de un consumidor comprende varias etapas: importación de petróleo, almacenamiento y transporte, refinación, distribución y comercialización. Cada etapa acarrea costos, usualmente asociados a niveles de eficiencia, y conlleva márgenes de ganancia, usualmente resultado de las estructuras de mercado.
Nicaragua dispone de ventajas en casi todas esas etapas. Tenemos un convenio petrolero con Venezuela que le permite pagar a mitad de precio el barril de petróleo. Las instalaciones de almacenamiento pertenecen a una empresa con participación significativa de una empresa pública nacional. La principal red de gasolineras también pertenece a una empresa pública. En estas condiciones más bien la pregunta pertinente sería: ¿por qué Nicaragua no tiene los precios más baratos de Centroamérica?
Estudios recientes realizados por Cepal revelan la realidad: los mayores precios en Nicaragua son resultado de que los márgenes de ganancia son, inexplicablemente, mayores que en el resto de países de la región. Paradójicamente esos márgenes han ido alejándose del promedio centroamericano a partir de convenio petrolero con Venezuela. En otras palabras, los mayores precios del combustible resultan de mayores ganancias del grupo económico que controla el mercado de combustible en el país.
Enrique Sáenz. Economista y diputado MRS.
20. ¿Por qué los nicaragüenses consideramos que ser indígena es inferior?
En el siglo XIX, los grupos políticos y económicos dominantes establecieron que ser indio era ser atrasado, de cultura despreciable. Ellos veían al europeo como el paradigma de la civilización y al indígena como el de la barbarie.
Ser indígena te hacía blanco de todo tipo de discriminación y maltrato. Los indios eran obligados a hacer trabajo forzado en obras públicas municipales, en la construcción de carreteras y puentes, en la instalación del tendido de alambres para el telégrafo, frecuentemente sin pago de ninguna especie. También realizaban trabajo forzado en grandes plantaciones cafetaleras, con salarios de miseria. Los indígenas estaban obligados a trabajar, so pena de cárcel y podían llevarlos amarrados a los trabajos, en donde se le llenaba una libreta para controlar su asistencia.
A finales del siglo XIX les fueron arrebatadas sus tierras: en unos casos la propiedad, y en otros la posesión, para establecer plantaciones de café y explotaciones ganaderas. Los indígenas fueron considerados inferiores para ejercer control sobre ellos como mano de obra y para apropiarse de sus tierras.
Ser indígena tenía tales desventajas que cuando se hacía un censo, mucha gente dejó de admitir que era indígena. Desde esa época vienen algunos dichos despectivos sobre los indios o los indígenas: “indio pata rajada”, “indio caitudo”, “no hay nada peor que poner a un indio a repartir chicha”, “parecés indio” y otras más.
Dora María Téllez. Comandante guerrillera e historiadora.