En 1972, un grupo terrorista ejecutó a la delegación israelí durante los Juegos Olímpicos de Alemania. En Nicaragua, una señora de Moyogalpa reconoció a dos de los terroristas como sus hijos de crianza
Por Julián Navarrete
Eran los mismos rostros que había visto durante poco más de 10 años. Adnan era un muchacho de ojos amarillos, pelo castaño, cejas crespas y pobladas, con la piel morena acanelada. Maruan también tenía los ojos amarillos, pero lucía el pelo liso, las cejas crespas y muy tupidas. María Benita Saballos revisaba las fotos con sus manos y decía:
—¡Son ellos! Mis muchachos. No tengo la menor duda.
Debajo de las fotos, que solo mostraban el rostro de los muchachos, había un subtítulo que decía: “Terroristas árabes”. Eran tres. El otro que no reconoció Saballos —un hombre de pelo liso y bigote deshilachado— se llamaba Abdel Kheir Al Dnavy. Todos pertenecían al grupo terrorista árabe Septiembre Negro, que masacró el 5 de septiembre de 1972 a una delegación de atletas israelíes, mientras se desarrollaban los Juegos Olímpicos en Múnich.
Los tres hombres de las fotos habían sido los únicos sobrevivientes del enfrentamiento que sostuvieron con las fuerzas de seguridad alemana, donde abatieron a seis de sus compañeros terroristas. Tras su captura, la Policía distribuyó las imágenes al resto del mundo.
Muy lejos de Múnich, atravesando el charco, en la comunidad de Moyogalpa, en el sur de Nicaragua, las fotos no pasaron inadvertidas. María Benita Saballos los había criado desde que vinieron a Nicaragua, en 1956, con su padre Fayez Abdalah, con quien ella contrajo matrimonio y tuvo tres hijas.
“Ellos eran muy amorosos conmigo. Me querían tanto que me dolía verlos llegar a veces hasta en horas de la madrugada a mi casa, luego de caminar varias leguas, para contarme que no querían estar al lado de su padre y que querían estar conmigo”, dijo, entre sollozos, en una entrevista con La Prensa, el jueves 21 de septiembre de 1972, el mismo mes del atentado.
La noticia se calificó como “¡sensacional!” y como nota principal de portada se tituló: “Nicas entre terroristas de Múnich”. Al día siguiente, el padre de los supuestos terroristas, Fayez Abdalah Dahud, quien ya estaba separado de Saballos, dijo que estaba convencido de que no eran sus hijos, aunque no descartó que su exesposa podría identificarlos perfectamente.
“Tengo tanto tiempo de no ver a mis hijos que si me los encuentro en la calle no los reconocería”, declaró a La Prensa.


***
La masacre de Múnich ocurrió la madrugada del 5 de septiembre de 1972 durante la XX edición de los Juegos Olímpicos. Ocho terroristas palestinos, vestidos con ropa y bolsos deportivos donde llevaban armas —ametralladoras rusas Kalashnikov y granadas de mano— ingresaron a la Villa Olímpica.
A las cuatro y veinte de la mañana, en la oscuridad previa a la aurora, penetraron en el lugar, donde según investigaciones realizadas posteriormente, se habían internado con anticipación haciéndose pasar como trabajadores. Dos trabajadores de las líneas telefónicas miraron cuando los hombres se estaban cruzando una valla, pero como observaron que vestían ropa deportiva, supusieron que eran unos atletas que habían roto las reglas y venían de regreso después de una noche en Múnich.
Minutos más tarde los terroristas golpearon la puerta donde estaba la delegación de 22 atletas israelíes y preguntaron en alemán:
—¿Aquí está el equipo israelí?
El entrenador de lucha Moshe Weingberg abrió la puerta, mientras les gritaba a sus demás compañeros que huyeran. Los terroristas ametrallaron el lugar y mataron a Weingberg y al boxeador Joseph Romano.
18 atletas lograron escapar. Pero nueve quedaron secuestrados por el grupo criminal. A cambio de la vida de los rehenes israelíes, el grupo terrorista exigió la liberación de 236 presos palestinos y su traslado seguro a Egipto.
La entonces primera ministra de Israel, Golda Meir, se negó. Tras unas horas de tensas negociaciones con los secuestradores, las autoridades alemanas fingieron llegar a un acuerdo y se comprometieron a garantizarles a los terroristas un transporte a El Cairo, a cambio de los rehenes.
Dos helicópteros llevaron a los asaltantes y a los rehenes a un aeródromo que la Policía quería hacer pasar por Riem, el aeropuerto internacional cercano a Múnich. Al aterrizar, los terroristas se dieron cuenta del engaño y se produjo un intenso tiroteo con la Policía. Los cinco francotiradores alemanes seleccionados especialmente para disparar a los secuestradores no tenían preparación para este tipo de operaciones. El caos que sobrevino acabó con la vida de los nueve rehenes, un policía alemán y seis de los nueve terroristas.
Los tres terroristas capturados con vida dijeron llamarse Abdel Khair Al Dnavy, Samer Mohamed Abdulah e Ibrahim Mosoud Badnar, a quienes María Benita Saballos reconoció como Adnan y Maruan, los muchachos que había criado en Moyogalpa.
***
El árabe Fayez Abdalah y María Benita Saballos contrajeron matrimonio en 1955. Abdalah había estado casado antes y en ese matrimonio había tenido cinco hijos. Maruan, Adnan y Raduan vinieron a Nicaragua con él en 1956. Mientras que Leila y Gasam se quedaron con su madre, Halima Abdalah, quien a la vez era prima de Fayez.
La familia Abdalah Saballos primero vivió en Catarina. Después se trasladó a León, donde había instalado una pulpería y carpintería en Sutiaba. Según explicó María Benita, en 1958 por razones económicas decidieron trasladarse a Moyogalpa, donde tenían pensado iniciar un negocio de telas.
El matrimonio entre Fayez y María Benita fracasó abruptamente en 1959. Sin embargo, durante los años que los niños vivieron con ella, nació una buena relación, “habiendo llegado a quererlos como si fuera su propia madre”.
Saballos aseguró que los niños le decían “mamacita”. Y a pesar de la separación con Fayez, los chicos siempre la buscaban. “Cada vez que su padre llegaba por ellos a la casa, se producían escenas sentimentales porque ellos querían estar a mi lado”.
“Una vez fue tanto lo que me molestó el alma, que busqué la manera de cómo poner una denuncia en la Comandancia de Moyogalpa para obligar a Fayez a que no los siguiera maltratando cada vez que me buscaban”, aseguró María Benita.
En ese momento, Saballos dijo que cuando su exesposo se trasladó a vivir a Managua “continuó dándole mala vida a los pequeños”, y que ella al darse cuenta de eso se comunicó con el abuelo de los niños para que interviniera en el asunto.
Abraham Abdalah, abuelo de los niños, los mandó a traer para llevarlos a Jerusalén entre 1965 y 1966. Fayez Abdalah se estableció en Nicaragua y puso un hostal en la ciudad de Boaco, donde ahora viven sus hijos de su tercer matrimonio.
Después de muchos años y cuando ya creía haber perdido toda posibilidad de comunicación, María Benita Saballos recibió una carta firmada por el hijo de crianza mayor, Adnan Abdalah.
Según Saballos, en la carta Adnan le explicaba que había estado en la guerra entre Israel y Palestina y que participaba en las guerrillas de los fedayines, donde había recibido un balazo en la sien, pero que afortunadamente en ese momento llevaba un casco que le “había salvado la vida”.

***
El jueves 21 de septiembre, más de dos semanas después del ataque en Múnich, el periódico oficialista Novedades publicó una entrevista con Alejandro Abdalah, primo de Adnan y Maruan, donde negaba que sus familiares eran los terroristas que había presentado la policía alemana.
“Conozco perfectamente a Adnan y Maruan. El primero está estudiando en Israel y el segundo vive con mi tío Rashid Abdalah en Buit Ducco, así que no hallo razón alguna para creer que estén involucrados en una cosa de esa naturaleza. Además, la fotografía publicada no corresponde en manera a la fisonomía de ambos”, señaló Alejandro.
El primo de los supuestos terroristas dijo que su papá, Manuel Abdalah, que al parecer se encontraba con Adnan y Maruan, se había comunicado con su tío Fayez por medio de cartas, donde le escribía las dificultades que estaban sufriendo con la guerra.
“Sin embargo, nunca ni antes ni ahora le expuso la fuga de ellos”, dijo Alejandro, quien en ese momento esperaba recibir correspondencia de su padre para demostrar que sus primos no eran los terroristas señalados. Nunca se publicó esa respuesta.
En una entrevista corta con Magazine, Halima del Socorro Abdalah Alvarado, hija del tercer matrimonio de Fayez, dijo que conoce poco de la historia de sus hermanos porque a su mamá, Socorro Alvarado, no le gustaba hablar del tema.
“Yo no puedo decir que es falsa la historia de que ellos fueron los que participaron en el atentado. A mí me faltó mucho conocer esa historia. Pero yo creo que mis hermanos no tuvieron nada que ver y nunca participaron ahí”, confió.
Halima dijo que nunca pudo conocer a sus hermanos, pero aseguró que uno de ellos ya murió, al igual que su papá (Fayez), mientras que María Benita Saballos se encuentra viviendo en Miami, EE. UU. “Mi mamá nos contaba varias cosas, pero eso mejor se queda aquí en familia, y además eso pasó hace años. Mi mamá (Socorro Alvarado) acaba de fallecer y no quiero hablar de eso, porque es como volver a repetir la historia”.

***
Palestina fue un aliado clave para que el Frente Sandinista llegara al poder en 1979. Fueron años donde ambas guerrillas cooperaban militarmente. Diez años atrás, en 1969, José Benito Escobar sostuvo una reunión con tres oficiales de la Organización para la Liberación de Palestina en Ciudad de México.
Según un ensayo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, escrito por el mexicano Carlos Fernando López de la Torre, un máster en Estudios Latinoamericanos, el resultado de esa reunión fue llegar a un acuerdo para que los palestinos entrenaran a varios integrantes del Frente Sandinista en Argelia y Líbano.
Según López de la Torre, el número de sandinistas enviados a Medio Oriente va de los 12 a los 150 hombres, entre ellos algunos integrantes del futuro gobierno revolucionario como Enrique Schmidt, ministro de Comunicaciones; René Vivas, viceministro del Interior, y Tomás Borge, ministro del Interior. Otros nombres que se suman a esta lista son los de Patricio Argüello Ryan, Pedro Aráuz Palacios, Eduardo Contreras, Juan José Quezada, René Tejada, Evenor Calero, Leticia Herrera, José Valdivia, Jacobo Marcos, entre otros.
El emblema de estos lazos de cooperación fue la muerte de Patricio Argüello Ryan, un nicaragüense que fue abatido durante un secuestro de avión que perpetraba con la guerrillera palestina Leila Khaled.
El 6 de septiembre de 1970 la misión no salió bien. Después de llegar hasta la cabina y amenazar con hacer explotar el avión, Khaled fue atacada por varios guardias y pasajeros mientras sostenía dos granadas de mano y una pistola. Intentando defenderla, Argüello disparó a quienes la tenían sometida, pero recibió un disparo y murió más tarde a causa de las heridas.
Sobre esta relación de Palestina con Nicaragua, Alejandro Bolaños Geyer escribe en su libro El Iluminado, que después del desastre del Frente Sandinista en Pancasán en 1968, Fidel Castro usaba los campos de entrenamiento de las guerrillas palestinas para entrenar a los reclutas nicas. “Se estima que de 1968 en adelante, la OLP entrena alrededor de 70 oficiales del FSLN en el Norte de África y el Medio Oriente”.
En Memorias de la Lucha Sandinista, de Mónica Baltodano, se lee en un diálogo que ella tiene con el comandante Henry Ruiz: “Pedro Aráuz ya había participado con Juan José Quezada en el secuestro de un avión de Lanica, Líneas Aéreas de Nicaragua, en agosto de 1969, y en otras acciones con los palestinos”.
El historiador Nicolás López Maltés también argumenta que no es de extrañarse que existieron nicaragüenses relacionados en casos como el de Múnich, ya que es conocido que muchos fundadores del Frente Sandinista, incluyendo el general Humberto Ortega, fueron entrenados en Palestina. “Ellos estuvieron en Palestina y los palestinos estuvieron en la guerra en Nicaragua también”.

***
Con las fotos de Adnan y Maruan entre los dedos, María Benita Saballos lloró. Recordaba la última carta donde Adnan le decía que tenía grandes deseos de regresar a Nicaragua. “Me hablaba de sus cosas, sus ingenuidades, pero yo a veces no le entendía porque no era muy amplio en los detalles. En algunos párrafos me decía que quería venir a Nicaragua para ser el padre de sus hermanitas, a las que quiere mucho. Me decía que pasaba penalidades”.
Adnan era muy cariñoso y bien intencionado, según Saballos. “Le gustaba subirse a los sitios más peligrosos y difíciles. Una vez me dijo: algún día tengo que triunfar y ser alguien”.
Cuando fue consultado por La Prensa, Fayez Abdalah aseguró que su exesposa había criado a sus hijos y se había constituido como una madre para ellos y que prueba de eso es que a ella le escribían, a pesar de que con él ya no tenían ningún contacto.
“Hace algunos años recibí la visita de varios de mis paisanos que vinieron a darme el pésame por la muerte de uno de mis hijos y me dijeron que había muerto en la guerra. Sin embargo, luego me di cuenta que estaba sano y salvo”, dijo Abdalah.
Alejandro Abdalah, primo de Adnan y Maruan, dijo a Novedades que sus primos no se parecían en absoluto a los terroristas señalados. “Estuve en Palestina cuando Adnan estaba pequeño y bien podría reconocerlo, pues nuestra gente no se confunde. Ellos aproximadamente hace seis años se fueron de Nicaragua para nuestras tierras. Quizá a ese tiempo que lleva sin verlos es por lo que se dejó impresionar (María Benita), por los detalles aparentemente similares”.
Casi dos meses después del atentado, los tres terroristas retenidos por las autoridades alemanas fueron liberados, luego de que llegaran a un acuerdo en el que otros terroristas palestinos devolvían un avión secuestrado en Turquía, a cambio de los detenidos por la masacre en Alemania. De esa forma Adnan y Maruan, según María Benita Saballos, salieron libres.
El árabe Fayez tuvo tres hijas con María Benita Saballos: Fadyla, Sarah y Samira. Es por esa razón que la madre creyó que Adnan, cuando fue capturado, dijo llamarse Samer, en honor a su hermana menor.
Saballos recordaba a sus hijos de crianza como los pequeños que cortaban zapotes y los iban a vender al pueblo. Estudiaron en la Escuela Rigoberto Cabezas. “Adnan es muy delgado, en cambio Maruan es más recio”, decía la señora, entre lágrimas, mientras miraba las fotos de los terroristas en el periódico.
Líder palestina
Leila Khaled pertenece al Frente Popular para la Liberación de Palestina, además de formar parte del Consejo Nacional Palestino. Khaled llegó al conocimiento del público internacional por su papel en el secuestro de un avión en 1969, siendo la primera guerrillera palestina que formaba parte de una operación de esta envergadura y también de uno de los cuatro secuestros simultáneos el año siguiente, como parte de otra operación del grupo Septiembre Negro.
Es una líder palestina que se unió a la lucha a los 16 años de edad. Según el libro de Sarah Irving, Leila Khaled: ícono de la Liberación palestina, su madre le dijo: “Deja que tus hermanos vayan y sean quienes combatan”, pero Leila Khaled no quería permanecer en un segundo plano. “Llamar a la lucha armada, ese era mi sueño”, dijo.
Actualmente Khaled es un ícono no solo de la resistencia palestina contra la ocupación israelí, sino del movimiento a favor de los derechos de las mujeres palestinas. “La revolución cambió la imagen de las mujeres palestinas”, explicó en una entrevista. “Están dentro de la revolución en igualdad de condiciones con los hombres y pueden hacer cualquier cosa que la revolución necesite”.
Muerte de Patricio Argüello Ryan
Patricio Argüello Ryan era un hombre nacido en Estados Unidos pero criado en Nicaragua. Murió en 1970 durante el secuestro de un avión de la línea aérea El Al, de Israel, en el que participó con la guerrillera Leila Khaled.
Sobre este episodio la comandante Leticia Herrera, quien fue pareja del presidente Daniel Ortega, relata en su libro Guerrillera, mujer y comandante de la Revolución Sandinista, los entretelones del atentado.
Herrera asegura que cuando salió de la Unión Soviética junto con su esposo René Tejada y otros militantes del FSLN, pasó por Francia, donde el jefe político Francisco Rosales, actual magistrado de la Corte Suprema de Justicia.
Según Herrera, tanto ella como Tejada habían sido entrenados para constituir un comando con tres árabes y participar en el secuestro de un avión como retribución a la instrucción militar que los miembros del FSLN recibirían por parte de la OLP.
Sin embargo, antes de que se llevara a cabo el operativo, Herrera afirma que Rosales la llamó a un despacho para decirle que él “va a crear las condiciones para buscar la forma de cómo yo me vaya a acostar con él, aun sabiendo que estaba comprometida con René Tejada”.
La comandante Herrera narra que se indignó con Rosales, pero no podía decirle nada a Tejada porque “era muy violento, además de muy celoso” y tampoco podía desahogarse con los otros miembros del FSLN, sino hasta que llegó Patricio Argüello Ryan, a quien sí le contó lo ocurrido.
Argüello Ryan habría emplazado a Rosales sobre su conducta, lo cual habría ocasionado la molestia del ahora magistrado, quien —señala Herrera— luego ordenó que Tejada y Herrera se “desvincularan del operativo del secuestro del avión” e integró en sustitución a Patricio Argüello Ryan.
Herrera dijo que esta circunstancia trajo como consecuencia la muerte de Patricio, porque él desconocía detalles de los preparativos que ya se habían acordado con ella y Tejada.