Los nuevos hijos de Sandino

Reportaje - 06.08.2023
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Un grupo de exsomocistas, contras y liberales cercanos a Arnoldo Alemán que en su momento atacaron a Daniel Ortega, se declararon “antisandinistas” y que repudiaban al partido rojinegro, son hoy de los más destacados defensores del Frente Sandinista.

Por Hans Lawrence Ramírez

 

Moisés Absalón Pastora

Moisés Absalón Pastora Loáisiga nació el 5 de octubre de 1960. Es sobrino de Edén Pastora Gómez, el “Comandante Cero”. En su perfil de twitter se describe como “periodista, actor y escritor. 40 años de experiencia en la radio y televisión nicaragüense”.

Su carrera como locutor empezó en los años ochenta cuando estaba exiliado en Costa Rica y dirigía la radio clandestina La Voz de Sandino, que era de la Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE), una fuerza guerrillera liderada por Edén Pastora y que combatía a los sandinistas.

Posteriormente, Pastora trabajó como locutor en la Radio Liberación, que pertenecía a la Contrarrevolución y que operaba de manera clandestina. En esa radio tenía un programa en el que ridiculizaba a los comandantes de la revolución e imitaba sus voces. Mientras hacía ese programa, Pastora permanecía exiliado y ya se había movido de Costa Rica a Miami. Para aquellos años, Pastora se declaraba como un “antisandinista de la línea pura”.

Una vez que el Frente Sandinista salió del poder en 1990, Pastora empezó a trabajar en Radio Corporación y un sábado 9 de noviembre de 1991, una turba de sandinistas furiosos atacó las instalaciones de la radio y Pastora, con arma en mano, disparó en contra de Marvin Javier Rivas Montiel de 21 años. El joven murió horas después en un hospital.

Para entonces, el periódico El Nuevo Diario tituló la noticia como: “Un crimen de la línea pura”. En el reporte, se indica que el subcomandante de la Policía, Javier Palacios, dijo que Pastora confesó el crimen aduciendo haber actuado en defensa propia, por lo cual estuvo unos meses en prisión domiciliar.

Moisés Absalón Pastora junto a Enrique Quiñónez, dos personajes que en su momento fueron enemigos políticos de Daniel Ortega. ARCHIVO

Esos días estuvieron llenos de preocupación para Pastora, quien temía ser encarcelado. Con amigos, conocidos y funcionarios de gobierno trató de conseguir ayuda, hasta que finalmente el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro lo indultó. Incluso la Comisión Interamericana de Derechos Humanos abogó por él.

“La Comisión ha sido informada, asimismo, que la amnistía del 22 de diciembre (de 1991) está siendo aplicada de manera selectiva, como lo demuestra el caso del periodista Moisés Absalón Pastora, contra el que se ha dictado orden judicial de captura por un hecho ocurrido el 9 de noviembre de 1991, en momentos en que una turba atacó y destruyó las instalaciones de Radio Corporación, en la que labora el señor Pastora”, indica la CIDH en un informe.

Fue en aquellos años que Pastora empezó a poner su famoso nacimiento del niño Dios en su casa, ubicada de donde fue el hospital Vélez Paiz, cuatro cuadras y media al este, sobre la calle principal de Reparto Belmonte. Empezó con esto desde 1990 con apenas 13 piezas y con el tiempo ha ido aumentando el número. En la actualidad, ha afirmado que usa más de 1,600 piezas y le cuesta más de 3,000 dólares montar el nacimiento.

Entre los liberales que lo conocieron y fueron sus correligionarios en el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), es recordado por pedirles dinero para montar su nacimiento, y algunos periodistas relatan que él mismo mandaba a llamar a los medios de comunicación para que le dieran publicidad.

En los noventa, Pastora también fue miembro del PLC y uno de los defensores más férreos que tuvo el expresidente Arnoldo Alemán. Años más tarde, a Pastora se le vería dando un giro de 180 grados y sería aliado del Frente Sandinista y defensor de Daniel Ortega desde sus programas televisivos, e incluso en programas de debate como IV Poder, transmitido en 100% Noticias.

En 2013, en un artículo de opinión publicado en La Prensa, dijo que los rearmados en las montañas de Nicaragua eran “bandas involucradas con los cárteles de la droga que son las que podrían tener la capacidad económica para avituallar a esos grupos que a la hora de actuar lo hacen como despiadados carniceros que atormentan naciones enteras”.

En otro artículo de opinión en 2014, dijo “Somoza es una historia solo para recordar nunca para repetir; la década de los ochenta es una referencia oscura que no debe tener ni presente ni futuro; Chamorro, Alemán y Bolaños en los noventa con sus aciertos y desaciertos fueron la base de lo que se construye ahora y lo que tenemos hoy es un gobierno cuyos dirigentes maduraron, que no son lo que creíamos que serían y que aunque esté aplazado institucionalmente no podemos decir lo mismo de las políticas sociales”.

Pastora era amigo personal de Miguel Mora, director de ese canal, y también de Lucía Pineda Ubau, jefa de prensa, pero esa amistad acabaría tras el estallido de la crisis política en 2018. El 10 de enero de 2019, Mora y Pineda llevaban casi un mes detenidos por la Policía y Pastora dijo en su programa televisivo Detalles del Momento: “No puedo alegrarme por lo que este colega está pasando, ni lo que tampoco sucede a Lucia Pineda Ubau, de quien también he sido amigo, pero como siempre he dicho uno es la suma de sus errores y cierto de que la justicia debe determinar sus responsabilidades”

Desde el estallido social, Pastora no tiene filtro para hablar de opositores, periodistas, sacerdotes y de todo aquel que se atreva a cuestionar a la dictadura de Daniel Ortega. También critica a Arnoldo Alemán al que defendió tiempo atrás y ha despotricado en contra de la CIDH, el organismo que abogó por él cuando mató a un sandinista en 1991.

Incluso pidió insistentemente que se quitara el nombre de Dennis Martínez al Estadio Nacional de Beisbol, y acusó al exbeisbolista de ser un “traidor” por no estar de acuerdo con la represión. Desde el 10 de enero de 2022, Pastora es diputado de la Asamblea Nacional por el Frente Sandinista y la seña del “antisandinista de línea pura” que fue alguna vez quedó en el olvido.

Byron Jerez

Byron Rodolfo Jerez Solís nació en San José, Costa Rica, el 7 de septiembre de 1952. Su padre, Rodolfo Jerez, llegó a ese país a trabajar con machete en mano en fincas bananeras y luego regresaría a Nicaragua para fundar una empresa textilera llamada El Triunfo.

Su hijo, Byron Jerez, llegó a afirmar en defensa propia que había nacido en “cuna de oro” gracias a su padre.

Byron Jerez se graduó en economía en la Universidad de Miami en 1977. En su juventud, según contó el mismo Jerez en una entrevista al periodista Fabián Medina, era un “vago sano” y su padre lo quiso enderezar metiéndolo a la Academia Militar de Missouri. Estuvo dos años en ese lugar.

Luego regresó a Nicaragua y fue jefe de Cartera y Cobro en el Distrito Nacional durante los últimos años de la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, e incluso fue señalado de pertenecer a la “Mano Blanca” una organización paramilitar del somocismo, pero él mismo lo negaría años después.

“A mí me acusan de que he pertenecido a la Mano Blanca. Y las únicas manos que tengo son estas dos, que son con las que mi padre me enseñó a trabajar. No son blancas ni negras, son morenas, que es mi textura. La persona que crea que le maté a alguien, le golpeé a alguien, o le ultrajé a alguien que venga y me diga a quién maté. A mí me gustaría saber. Entonces yo bajaría la cabeza. Nunca en mi vida he matado a nadie, ni he ultrajado a nadie, ni he tenido pleito físico con nadie”, aseguró.

Jerez huyó de Nicaragua antes que Somoza. Se fue del país el 16 de julio de 1979 cuando vio que la dictadura se estaba hundiendo. Los sandinistas confiscaron la empresa textilera de su padre y Jerez permaneció exiliado en Estados Unidos. Para los años noventa, con el triunfo de Violeta Barrios de Chamorro, la familia Jerez recibió bonos de indemnización por la empresa confiscada.

En Estados Unidos, vendió pantalones, trabajó en una pizzería, fundó un negocio con unos costarricenses que se llamó La Gloria Miami y también vendió carros.

Byron Jerez siendo llevado a declarar. ARCHIVO

En 1989, Byron Jerez conocería a Arnoldo Alemán en Miami, y desde entonces se hicieron buenos amigos. Varias veces fueron vistos en eventos públicos y privados. Comiendo y bebiendo. Sobre todo, comiendo. En 1997, cuando Alemán asumió la presidencia nombró a Jerez como director de la Dirección General de Ingresos (DGI).

Para algunos, Jerez era el segundo hombre al poder en el gobierno, solamente detrás de Arnoldo Alemán e incluso por delante del vicepresidente en aquel entonces, Enrique Bolaños. Desde su cargo en la DGI, Jerez cometió varios actos de corrupción por los cuales sería absuelto años después.

Jerez fue señalado de dirigir una operación conocida como “El Camionetazo”, la cual consistió en meter al país varios vehículos libres de impuestos y venderlos a particulares. También fue señalado de la quiebra del Banco Nicaragüense de Industria y Comercio (BANIC) al otorgar créditos sin garantía, y también por desviar un cheque de PETRONIC y depositar el dinero en una cuenta de Jerez en Panamá, entre otras acusaciones.

En 2002, Jerez fue detenido por la Policía y enfrentó 13 juicios en Nicaragua y Panamá. Estados Unidos le restringió su visa. El 3 de abril del 2002, dos semanas antes de ser arrestado en Nicaragua, Byron Jerez sacó su cédula de identidad en el Registro Civil de Costa Rica y abrió una cuenta con 3 mil dólares en el Banco Nacional, según publicó en el 2003 el diario tico Al Día.

Cuando Jerez fue apresado por las autoridades, éste alegó que era ciudadano costarricense. Su cédula nicaragüense es 888-070952-0040K. El número 888 indica que nació fuera del país.

Tras ser sobreseído de los 13 casos de corrupción y luego de años alejado de la vida pública, Jerez reapareció en la campaña electoral de 2016 de la mano del partido Alianza por la República (APRE), el cual ya era señalado de ser colaboracionista del régimen. El eslogan de su campaña fue: “Vos ya lo conocés. No te equivoqués otra vez. Es hora de votar por Byron Jerez”.

En esos comicios de 2016, el APRE logró solamente un escaño en la Asamblea Nacional y así, Byron Jerez regresaría a ocupar un cargo público, esta vez como parlamentario. Para entonces, su amistad con Arnoldo Alemán ya estaba rota.

En la Asamblea, Jerez actualmente vota junto a la bancada sandinista y se le ha visto cercano al diputado sandinista Gustavo Porras y también a Wilfredo Navarro, con quien suele aliarse en los enfrentamientos verbales contra sus excorreligionarios. También se le ha visto llegando con escoltas al hemiciclo de la Asamblea.

Wilfredo Navarro

Carlos Wilfredo Navarro Moreira nació el 16 de enero de 1951 en medio de una familia de escasos recursos y con fuerte arraigo somocista. Empezó en la política como miembro de la Juventud Liberal Somocista y trabajó en el Poder Judicial durante la dinastía.

Uno de sus hermanos, Edwing de Jesús, fue miembro de la Guardia Nacional, y fue asesinado por guerrilleros y el mismo Wilfredo estuvo detenido por un tiempo en las cárceles sandinistas.

Navarro es abogado. Tiene una especialización en Derecho laboral y una maestría en Administración de Empresas, con énfasis en gestión pública. También jugó futbol en su juventud, siendo portero del equipo de la Universidad Centroamericana, Búfalos y Diriangén, También estuvo en la selección nacional de futbol por 12 años. “Yo no soy cualquier gato”, ha dicho a medios de comunicación.

A Navarro se le acusa de haber abandonado a tres grupos políticos cuando iban en declive para refugiarse bajo el paraguas de los nuevos ostentadores del poder. Primero lo habría hecho con el somocismo, pues cuando vio que la dictadura se estaba cayendo en 1979, apareció en las filas del Partido Liberal Independiente (PLI), liderado por Virgilio Godoy.

En 1990, Navarro ya era reconocido como el “delfín” de Godoy en la política. Para las elecciones de ese año, en las que triunfó doña Violeta Barrios de Chamorro con la UNO, Godoy asumió la vicepresidencia de la República y Navarro ocupó un cargo administrativo en la Asamblea Nacional.

Para antes de las elecciones de 1996, en las que resultaría ganador Arnoldo Alemán, Godoy ya había impuesto a Navarro, como presidente del PLI y con él fue a una reunión con Alemán en la que se iba a abordar la unidad liberal. El mismo Navarro le contó a la revista Domingo cómo se desarrolló ese encuentro:

“Vamos con Virgilio a su casa (de Alemán) en El Crucero. Arnoldo le dice: ‘Maestro le doy nueve diputados y cuatro ministros’. Entonces Virgilio le dice: ‘No, dame 15 diputados y seis ministerios’. Virgilio no quería la unidad. Cuando Arnoldo le acepta el Ministerio de Hacienda, le dice Virgilio: ‘Pero si Haroldo Montealegre fuera PLI lo aceptaría como ministro de Hacienda’. En ese momento Arnoldo y Haroldo eran enemigos a muerte. Entonces Arnoldo le dice: ‘Por la unidad se lo acepto’. Arnoldo te voy a hacer la última propuesta le dice Virgilio, ‘llevá a Wilfredo de vicepresidente y nos amarramos’. Entonces Arnoldo le dice: ‘Maestro yo soy hombre de palabra y la vicepresidencia se la ofrecí a Enrique Bolaños’. Fijáte cómo es la historia, si Arnoldo hubiera aceptado yo no lo iba a meter preso, porque después hubiera sido yo el candidato a la Presidencia. Entonces dice: ‘Ya le ofrecí a Bolaños y ya aceptó, además el Cosep lo respalda’. Dice Virgilio: ‘Nos vamos pues’. Vamos saliendo, pero cuando llegamos a la puerta Arnoldo detiene a Virgilio y dice: ‘Maestro, la última oferta. Que vaya su delfín’, que era yo, ‘como alcalde de Managua’. Virgilio me queda viendo y dice: ‘Vámonos’. Y yo de pendejo sigo al maestro”.

Días después de aquella negociación, Navarro abandonó a Godoy y se fue al lado de Alemán, aunque técnicamente siempre era del PLI pero integrado en lo que se llamó la Alianza Liberal, la que llevó al poder a Alemán.

Para entonces, Alemán nombró a Navarro como ministro del trabajo, pero solo estuvo un tiempo y asumió una diputación. Fue escogido como secretario de la Junta Directiva de la Asamblea y ahí empezó a juntarse y ganarse la confianza de Edwin Castro y René Núñez, de la bancada sandinista.

Wilfredo Navarro es uno de los que más vocifera contra opositores. Óscar Navarrete/MAGAZINE

Después de haber sido considerado el delfín de Virgilio Godoy, Navarro empezó a ser visto como el delfín de Arnoldo Alemán. En el año 2000, Navarro fue candidato a alcalde de Managua por el PLC. Para entonces, juraba que daría la vida por Arnoldo Alemán, e incluso, una vez que estalló el escándalo de corrupción durante el gobierno de Alemán, Navarro se quedó a su lado y lo defendió.

El 10 de diciembre de 2005, en una entrevista con la agencia EFE, Navarro acusó al Frente Sandinista de usar dinero mal habido para operar, además de que tenía una estructura en la Corte Suprema y el Poder Judicial para obtener dinero del narcotráfico para financiar sus campañas políticas.

Todavía en julio de 2010, Navarro dijo en una entrevista con el diario La Prensa que sería opositor de Daniel Ortega “hasta la muerte”.

Fue para las elecciones generales de 2016 cuando se unió al Frente Sandinista y en enero de 2017 asumió su escaño en la Asamblea Nacional. Desde entonces, no ha dejado de ser diputado por el partido rojinegro.

Ha sido parte de la Junta Directiva de la Asamblea y desde ahí ataca a sus antiguos correligionarios como María Fernanda Flores de Alemán, a quien le recordó en una ocasión que su esposo Arnoldo Alemán le compró el anillo de bodas con dinero público que costó unos 100,000 dólares.

También ha despotricado en contra de sus antiguos correligionarios y del “maestro” Arnoldo Alemán. Lleva años amenazando con publicar un libro de memorias en donde relataría cómo se llevaron a cabo varios actos de corrupción durante las administraciones liberales.

En 2019, Navarro fue enviado como delegado de la dictadura de Ortega para la Mesa de Negociación con la Alianza Cívica y según contaron a la revista Domingo quienes estuvieron en esa mesa, Navarro se encargaba de hacer bromas y chistes para relajar las negociaciones o para distraer a la contraparte.

Adolfo Pastrán

Su nombre completo es Anselmo Adolfo Pastrán Arancibia y según relató él mismo en 2012, empezó a hacer periodismo a mediados de los setenta en el diario La Prensa y luego trabajó en Radio Corporación. En los años ochenta, era miembro del Partido Social Cristiano, el cual se oponía al gobierno sandinista de la época.

Entre 1990 y 1995 fue director de Radio Nicaragua y colaboró con Radio Católica. También fue vocero del Partido Conservador (PC). Luego pasó a ser el jefe de prensa de Radio La Primerísima hasta que tuvo un encontronazo con el director de la radio William Grigsby y con Daniel Ortega.

Para aquellos años, Pastrán tenía un noticiero llamado Pulsar Noticias en Radio La Primerísima, además de ser el jefe de prensa del medio de comunicación, pero en agosto de 2001, el mismo Pastrán acusó a Daniel Ortega de ordenar el cierre de su espacio informativo por haber suscrito un contrato de publicidad con Pedro Solórzano Castillo, jefe de campaña de Enrique Bolaños.

“Los directores volvieron con Daniel Ortega. Lo sacó de sus casillas mi contrato con Pedro Solórzano. Me dijeron que no lo aceptaban, les expliqué que voy a ser intermediario y que no implicaba prestarme al juego del PLC. William Grigsby me dijo que eso le afectaría en su relación con el FSLN”, denunció Pastrán a medios de comunicación.

Pero años más tarde, cuando Ortega asumió el poder, Pastrán apareció reconciliado con el caudillo. Tanto así, que el mismo Ortega lo condecoró en 2008 con la orden Independencia Rubén Darío, la más importante que puede otorgar el presidente de la República.

Entre 2010 y 2011, Pastrán era uno de los invitados más frecuentes en el programa IV Poder, transmitido por 100% Noticias. Desde ahí, defendía las políticas de Ortega. En septiembre de 2011, Pastrán trató de arrebatarle el programa al director del canal Miguel Mora, y registró la marca “Cuarto Poder” a su nombre.

Adolfo Pastrán asumió como diputado por el Frente Sandinista el 10 de enero de 2022 como resultado de unas elecciones fraudulentas. EL 19 DIGITAL

Pastrán decía que el nombre del programa fue una idea suya que propuso cuando estaba en planificación, y los dos periodistas entrarían en una disputa legal. El 9 de diciembre de 2011, el Ministerio de Fomento, Industria y Comercio, en la Dirección de Marcas y Patentes, certificó que el poseedor de la marca "IV PODER" era Adolfo Pastrán.

En enero de 2012, Pastrán apareció nuevamente en radio La Primerísima junto a William Grigsby, el mismo que lo había censurado en 2001, y junto a Xabier Reyes Alba, presentando su programa “Cuarto Poder” en formato radial. Su intención fue transmitir el programa en la televisión, pero ningún canal quiso darle espacio.

La disputa legal con Miguel Mora por el programa continuó y Pastrán se vio obligado a cambiar el nombre del programa y lo sustituyó por el nombre “A los cuatro vientos”.

Después, Pastrán empezó a conducir el programa Nicaragua Empresaria, que era propiedad del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), en tiempos del matrimonio entre la empresa privada y Daniel Ortega. Cuando estallaron las protestas de 2018, Pastrán siguió con su apoyo al dictador.

Desde su programa en Canal 6, Pastrán promovió y defendió la aprobación de la Ley Especial de Ciberdelitos, aprobada en octubre de 2020. También ha atacado a periodistas y opositores, y tras las elecciones de 2021, fue nombrado diputado en la Asamblea Nacional desde donde defiende los intereses del Frente Sandinista.

Enrique Quiñonez

Edgard Enrique Quiñonez Tuckler nació el 5 de noviembre de 1959. Es licenciado en Derecho y con una maestría en Derecho Constitucional y Políticas Públicas. Se declara aficionado de los Dantos y es copropietario de Radio 800, en donde dirige el programa Choque de Opiniones, y también dueño de la empresa de transporte Nicabus, que cubre la ruta Nicaragua – Costa Rica, y la cual ha sido señalada de recibir facilidades por parte de la administración orteguista.

A finales de los setenta, Quiñonez entró a la academia de la Guardia junto a su hermano Carlos y se convirtieron en miembros de la Guardia Nacional. Él egresó como teniente de caballería.

Tras el triunfo de los sandinistas en 1979, tuvo una discreta participación militar en los primeros años de la Contrarrevolución, para después pasar a formar parte de la retaguardia política de los contras en Miami. Con el triunfo de doña Violeta Barrios de Chamorro, Quiñónez regresó a Nicaragua y se integró a la política. Primero en el Partido Resistencia Nicaragüense (PRN) y luego con el PLC.

Para entonces Quiñónez era un virulento antisandinista y afirmaba a viva voz: “soy resistencia, liberal, somocista y ahora, a mucha honra, arnoldista”. Se ufanaba de ser el “primer arnoldista” y el que más apoyó al expresidente cuando enfrentó los escándalos por corrupción que lo llevaron a la cárcel.

Con Alemán comenzó a distanciarse desde el 2006, cuando primero fue postulado para la presidencia de la Asamblea Nacional y luego abandonado por su propio partido. “A espaldas mías, en momentos tensos de negociación, se había mandado a negociar con el Frente Sandinista sin haberme comunicado a mí”. A medida que se distanciaba de Alemán, se acercaba a Eduardo Montealegre a quien durante la campaña del 2006 llamaba “ratoncito cuchumbalero”.

“Cuando Daniel Ortega regresa al poder, el 10 de enero de 2007 y va a la Asamblea Nacional, yo como diputado y jefe de bancada del Partido Liberal Constitucionalista le negué mi voto de confianza, le dije iba a esperar para ver su actuación como presidente”, dijo al medio de comunicación ruso Sputnik en 2021, pero lo cierto es que su virulencia contra el Frente Sandinista tardó varios años en cambiar.

Para las elecciones de 2011 se seguía declarando antisandinista. Estaba completamente separado de Alemán y aliado con Montealegre. Fue el candidato presidencial de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN). Su jefe de campaña fue Álvaro Somoza Urcuyo, hijo de Luis Somoza Debayle y sobrino de Anastasio Somoza Debayle, los dos últimos de la dinastía somocista.

En una entrevista que Quiñonez concedió al periodista Fabián Medina en 2011 dijo “por mis hijos, que es lo más sagrado que tengo, jamás van a ver a Enrique Quiñónez al lado de la bancada del Frente Sandinista”. También aseguró que volvería a tomar las armas si Daniel Ortega lograba imponerse en un segundo mandato violentando la ley.

--Si sólo le quedara elegir entre Daniel Ortega y Arnoldo Alemán, ¿adónde los veríamos? – preguntó Medina

-- Ninguno de los dos. Por eso estoy luchando. No soy de los que me conformo, no soy de los que se rinden. Voy a luchar. Creo que lo mejor que le puede pasar a Nicaragua es llevar a un hombre como Eduardo Montealegre, y yo voy a luchar para que al final Eduardo Montealegre tenga la casilla y las fuerzas democráticas podamos correr unidas. La estrategia del Frente Sandinista es llevarnos a esa disyuntiva: o Arnoldo Alemán o Daniel Ortega. Y si tengo al final, si aquí en Nicaragua los espacios políticos se cierran, si aquí en Nicaragua tenemos en las próximas elecciones un Consejo Supremo Electoral con las mismas personas y Daniel Ortega quiere seguir violentando la Constitución, posiblemente veas a Enrique Quiñónez otra vez en las montañas de Nicaragua. Quiero ser franco. Eso lo saben mis hijos, lo sabe mi familia.

Enrique Quiñónez con sus perros en su casa en Las Colinas. Óscar Navarrete/MAGAZINE

Fue para las elecciones de 2016 que Quiñonez cambió completamente de opinión sobre Daniel Ortega y en su programa radial empezó a bajar el tono de sus críticas y luego empezó a defender y apoyar sus políticas. En 2021, relató a Sputnik: “para mí Daniel Ortega se reinventó en Nicaragua. El que enfrentó una guerra civil en los ochenta no fue el que gobernó en paz a partir de 2007, cuando hizo una alianza con la empresa privada y realizó cosas que los gobiernos anteriores no lograron. Ese voto de confianza que le negué a él en su momento, hoy es todo lo contrario”.

Incluso afirmó en una entrevista con Izquierda Visión en 2022 que la guerra de los ochenta había sido culpa de los sandinistas disidentes que se agruparon en el Movimiento Renovador Sandinista.

“Yo creo que si el presidente Ortega en los ochenta no hubiera tenido a todas estas personas del MRS a su alrededor gobernando, porque recordemos que era una dirección nacional en donde estaba, y toda esta gente de Sergio Ramírez, Luis Carrión, Hugo Torres, Henry Ruiz no hubiera habido una guerra en Nicaragua”, mencionó.

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