Los años de la Oti

Reportaje - 03.10.2010
Los años de la Oti

Hace diez años bajó el telón del Festival de la Canción OTI. Un escenario que sirvió de plataforma a talentos nacionales e internacionales, pero debido a sus movidas inadecuadas, baja audiencia y falta de
patrocinio salió del aire luego de estar por 28 años ininterrumpidos. En Nicaragua este
festival musical estuvo marcado por la guerra y la censura, narran algunos de sus participantes

Tania Sirias

La noche del 19 de mayo de 2000, el maestro de ceremonia anuncia el turno de Nicaragua. Los 150 músicos de la Orquesta Festival de la Canción OTI comienzan a interpretar la canción Libera tu corazón. Lya Barrioz se abre paso en el escenario con un vestido ajustado, y sus manos parecieran seguir el compás de la melodía.

Cuando Lya habla del Festival OTI sus ojos brillan y los recuerdos toman por asalto a la memoria. El evento se llevó a cabo en Acapulco, México, y fue la última vez que este espectáculo internacional se puso en escena. En ese momento, muy pocos lo sabían.

Lya afirma que todos los participantes de ese año ya sabían quién iba a ganar, y no por el mérito del tema sino por la estrategia de mercado. Los medios de la época lo llamaron “el fraude del año”, y los jurados fueron señalados de “vendidos”.

A pesar de ser el último festival OTI que se llevaría a cabo, éste dejó un mal sabor en los participantes, pues fue notoria la mala organización, los amarres por debajo de la mesa, y la burla para los países participantes.

“La desorganización era tal que no había una agenda de medios, y los canales sólo entrevistaban a las delegaciones favoritas, entre éstas México, España, Estados Unidos, y extrañamente Nicaragua, ya que a nivel de mercadeo no punteaba para ese tipo de evento”.

Sin embargo, esa noche fue algo inolvidable. Nicaragua nuevamente perfilaba entre los favoritos para quedar entre los primeros lugares. Se podía repetir la hazaña de 1977 cuando se anunció que la canción Quincho Barrilete, de Carlos Mejía Godoy era la ganadora. Al final no ocurrió así.

Magazine revela los pormenores de la última edición de la OTI Internacional, el tráfico de influencia de Emilio Estefan, y los acomodos de última hora para darle el gane a los representantes de los Estados Unidos.

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María Eugenia Urroz es una artista de renombre en la farándula nica. Es conocida como vocalista del grupo Llama Viva, aunque su inicio en la música fue en los Festivales de la Canción Rafael Gastón Pérez, conocido popularmente como “el Gastón”. Este evento era organizado por el entonces Sistema Sandinista de Televisión.

“La primera vez que participé fue en 1982 con la canción Mi elección, escrita por Julio Cancino, donde quedé en el tercer lugar. Tres años después volví a participar con el tema de Mario Montenegro, Cartas de amor para este tiempo. Esa vez gané el primer lugar y me preparé para viajar a Sevilla España, donde se realizaría la OTI internacional”.

María Eugenia comenta que ese año fue un tanto complicado realizar el Gastón, pues el país estaba en plena guerra, y la economía con un fuerte bloqueo. Para poder montar el festival de la canción se requería de una fuerte inversión de capital, ya que era un show en vivo, y duraba por los menos dos horas y media en televisión.

Los corre corre y la presión la sufría el director del Canal 6, Iván García, pero todo era recompensado al ver el derroche de talentos. Además era un compromiso del gobierno sandinista con los artistas del país.

Para los músicos, compositores, arreglistas, y demás artistas ésa era su fiesta anual, comenta Urroz, pues era el momento para poner a prueba la calidad de los arreglos y el talento de los intérpretes, pues el fin era competir y ganar en el Festival OTI Internacional.

A María Eugenia le tocó viajar a Sevilla, donde algunas delegaciones se mostraron retrecheras y hasta un poco recelosas con los nicaragüenses.

“Me acuerdo que los cantantes de Panamá nos decían los guerrilleros, y hacían comentarios con otras delegaciones. Les metían el uyuyuy, todo porque Nicaragua estaba en guerra. Gracias a Dios no fue así con grandes de la música, pues Paloma San Basilio nos trató con todo respeto durante el festival”.

Ese año el primer lugar lo obtuvo México, y esa elección que hizo el jurado fue objeto de críticas por algunos países participantes, ya que días antes había ocurrido el terremoto en México, y decían que el gane fue para levantar la moral del país azteca.

“La verdad que la representante de México, Eugenia León, tenía una buena voz y la letra de la canción era buena, pero la elección del jurado fue muy criticada”, recuerda la vocalista de Llama Viva.
Comenta que el Gastón siguió realizándose en los 90, pero cambia de nombre y empieza a llamarse OTI Nicaragua.

FOTOS URIEL MOLINA Y MIGUEL LORÍO
Después de 1990, el Dúo Guardabarranco deja de ser catalogado como grupo panfletario y pasa a ser exponente de la música nacional, dice Katia Cardenal.

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La participación de Katia Cardenal en la OTI Internacional de 1990 fue muy criticada por los medios, pues decían que debía darle pase a los nuevos valores, y porque el año anterior había viajado a Miami para participar junto a su hermano Salvador Cardenal, con el tema Días de amar.

“Participé tres veces en el Gastón. La primera vez en 1984 con la canción Quisiera hoy, donde obtuve el tercer lugar. En 1985 como Dúo Guardabarranco con la canción Vengo como la lluvia, donde quedamos en tercer lugar, y en 1989 donde participé con la canción de Salvador, Dame tu corazón”.

Con ese tema, Nicaragua obtuvo el segundo lugar en la OTI Internacional de 1990, que se llevó a cabo en Las Vegas.

Recuerda que en los años 80 todo era centralizado por el Gobierno, a través del Sistema Sandinista de Televisión, pero a pesar de la guerra y el bloqueo se trataba de hacer un show de máxima calidad, con una producción ciento por ciento nacional.

Lo que más lamenta Katia es la censura que hubo por parte del Gobierno, pues en un par de ocasiones no se envió a la delegación nicaragüense por estar en contra de los gobiernos donde se realizaba el Festival OTI.

“Mi hermano Salvador participó en el Gastón de 1986 con la canción Días de amar, y como ese año se iba a realizar la OTI en Chile, no se permitió que fuera a la competencia como señal de protesta contra el dictador Augusto Pinochet”.

“Me molestó porque Días de amar era una canción ecológica, es un tema de política pero no partidaria. Su letra habla de cuidar al planeta. Entiendo que el mensaje era decir que estábamos en contra de una dictadura, pero pienso que uno debe sembrar la semilla aunque sea en un lugar alambrado y con cactus, pero ésa era mi visión”, dice la cantante.

Luego ocurre que en 1989 la OTI Internacional se realiza en Miami, y como es un estado más de los Estados Unidos, estaba el tema de apoyo a la Contra.

“Como en 1987 se había anunciado que no iba haber otro Gastón, y mi hermano había sido el último en ganar el Festival de la Canción, se fue hablar con los directivos del Sistema Sandinista de Televisión y les dijo que sólo nos pagaran el boleto, y que nosotros nos íbamos a ir a nuestro riesgo”.

“Nos fuimos los dos sin hotel, sin delegación, y sin nada. Nos quedamos a dormir en la casa de una hermana, y la canción quedó en el undécimo lugar, de los 22 participantes”.

Debido a la presión del público, en 1989 se vuelve a realizar el Gastón y como Katia está recién venida de Miami, los medios de comunicación comienzan hablar que debía retirarse del concurso y darle el lugar a los nuevos talentos.

“Eso fue tan cómico, porque en ese entonces apenas tenía 27 años, dos discos grabados, y nada comparado con lo que he logrado ahora”. Ese año Katia gana el primer lugar en el Festival de la Canción y tiene que esperar un año para poder ir a Las Vegas.

Al perder el poder el Frente Sandinista, y asumir el gobierno doña Violeta Barrios de Chamorro, Katia Cardenal habla con las nuevas autoridades del Canal 6, que en ese momento era dirigido por Carlos Briceño.

La cantante le explicó que ella había ganado el festival y que quería ir a representar a Nicaragua. Briceño respetó la decisión de festival, y le brindó el apoyo del canal estatal. Comenta que desde el ensayo en Las Vegas los músicos se les acercaron para decirles que era una de las mejores canciones en el Festival, y consideraban que debía ganar el primer lugar.

Esa vez Nicaragua obtuvo el segundo lugar, y al regresar al país el Dúo Guardabarranco fue recibido como héroe.

“Es a partir de ahí que comienzan a vernos como músicos no como políticos, a tomarnos en cuenta para otros eventos y quitarnos el sello de que nosotros cantábamos panfletos o canciones coyunturales”, expresa 20 años después Katia Cardenal.

En la gráfica aparecen Iván García, director del Sistema Sandinista de Televisión; Otto de la Rocha, y María Eugenia Urroz, quien ganó el Gastón de 1985.

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¡Fraude! ¡vendidos!, se escuchaba en el Centro de Convenciones de Acapulco en México, donde se llevó a cabo el último Festival OTI en el año 2000. Las únicas que sonreían a las cámaras eran las hermanas Chirino, sobrinas del salsero cubano Willy Chirino, quienes habían interpretado el tema Mala hierba, de Emilio Estefan.

El cantante español Emmanuel segundos antes había leído el nombre de las ganadoras, pero sus ojos estaban puestos en el jurado, pues ése no era el sobre que le habían entregado primeramente.

El cubano Francisco Céspedes despotricaba: “Nunca volveré a ser jurado de concursos como éste”, mientras que el público enardecido abucheaba y se levantaba de las butacas.
Cuando las hermanas Chirino terminaron su interpretación, en el centro de convenciones sólo estaban los miembros del jurado de la última OTI Internacional.

Lya Barrioz recuerda que desde el primer ensayo que hicieron las delegaciones se hablaba de dos listas: la de los favoritos por sus buenos temas, y la que por estrategia comercial debía ganar.

Hernaldo Zúniga, quien era uno de los jurados, le había informado que Nicaragua estaba entre los favoritos a clasificar por la calidad del tema, pero al final el país no obtuvo ningún lugar.

“Hubo muchos movimientos raros, entre ésos Costa Rica, a quien en forma de reconocimiento por haber sido la sede anterior de la OTI, los clasificaron a la semifinal. Otro caso fue Brasil, que como no llegó a competir ese año, y para no perder el mercado de habla portuguesa, decidieron darle el paso a la segunda noche a Portugal”, dice Lya Barrioz.

Otra muestra fue que cada delegación tenía media hora para los ensayos con la orquesta del festival, pero a las Chirino las dejaron de último, así que podían ensayar el tiempo que quisieran, dice Barrioz. “Eso les bajó las llantas a muchos músicos”.

Algo que también llamó la atención fue que el certamen de la OTI tradicionalmente se realizaba en una noche, pero decidieron hacerlo de dos para supuestamente eliminar a la buena competencia en la primera ronda, y darle el gane a las sobrinas de Willy Chirino.

“Pero sabían que al hacer esto iban a perder audiencia en la segunda noche, pues la gente no lo va a ver si no está su país, así que se decidió que los que no habían clasificado iban a hacer un popurrí con los temas ganadores de las OTI anteriores”.

Los músicos al ver como se estaba manejando el evento, decidieron hacer huelga. Nicaragua que era la delegación más grande, con diez representantes, puso más peso a la hora de no permitir hacer esa presentación, pues era una falta de respeto al esfuerzo que hace cada país de llevar un buen tema y un buen cantante, a un concurso que se suponía que era serio, comenta Lya Barrioz.

Pero la gota que derramó el vaso fue otorgarle el primer lugar a las hermanas Chirino. “Era tan evidente aquello, que en la cena de bienvenida a las delegaciones, el presidente de la OTI Internacional, estando frente al micrófono interrumpió el discurso para dar la bienvenida a las hermanas Chirino, cosa que no lo hizo por ningún otro país”.

Recuerda que lo único que valió la pena de esa OTI fue cuando en la segunda noche el cantante de la Vida loca, Francisco Céspede, cubano radicado en Miami, se fundió en un fuerte abrazo con la representante de la Cuba castrista.

“Fue algo significativo, pues era un mensaje de unidad entre los cubanos disidentes que viven en Miami, y los comunistas que viven en la isla. Fue algo muy bonito, pues el mensaje era que la música los unía más. En ese momento no habían barreras, todo era arte”.

Si algo añoran los músicos nicaragüenses es la realización del Festival de la Canción Rafael Gastón Pérez, pues ésa era la fiesta anual donde se daban cita compositores, arreglistas, e intérpretes para promocionar sus temas.

Expresan que los medios de comunicación están saturados de productos prefabricados por industrias musicales, y lo único parecido a esa gran producción nacional es la realización del Latin American Idol, sin embargo este tipo de eventos no estimulan la creatividad sino que el ganador es quien mejor imita al cantante de moda.

FOTOS URIEL MOLINA Y MIGUEL LORÍO
Lya Barrioz fue la representante de Nicaragua en la última OTI, realizada en Acapulco hace diez años.

Historia de la OTI

El Festival de la Organización de Televisión Iberoamericana (OTI ) o el Gran Premio de la Canción Iberoamericana (Nombre Original), fue un concurso internacional de canciones, en el que los países pertenecientes a la OTI participaban cada uno con una canción.

Grandes voces pasaron por este festival, tales como Camilo Sesto, Dyango, Hernaldo Zúñiga, Cecilia, Yuri, Lupita D’Alessio, José Luis Rodríguez “El Puma”, Marcos Llunas, Ricardo Arjona, y otros grandes cantantes.

Desde su inicio, en 1972, hasta 1981, se realizaban votaciones vía telefónica, mediante jurados por países; a partir de 1982 un jurado de sala formado por personalidades relacionadas con el mundo de la música valora las diferentes canciones mediante votación, y los temas musicales que mayor puntuación obtienen se llevan un premio en metálico.

La variación que sufre en 1984 es que los jurados son conformados por famosos y ligados con el ambiente musical. El festival dejó de celebrarse en el 2000

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