
Uno vende pasteles, mientras otro lustra zapatos en un mercado de Managua. Ambos fueron buenos boxeadores, soñaron con una corona mundial y en algún momento se convirtieron en paquetes, o sea, peleadores que suben al ring para perder
Por Julián Navarrete
Ahí cómo se ve, tan delgado, frágil y sonriente, el muchacho que carga la pana con pasteles fue prospecto de campeón mundial. Los pasos de Bismarck Alfaro son rápidos, cortos, entre tenderetes de carnes, verduras, abarrotes y el cuchicheo del mercado Iván Montenegro. Camina con un aire sereno y la mirada congelada, como quien lo dio todo a punta de golpes sobre el ring y ahora duerme feliz todas las noches.
A los 31 años de edad, Bismarck Alfaro, mejor conocido como Pastelito en los gimnasios de boxeo y mercados de Managua, vende pasteles cada mañana, cada tarde. Una rutina que tiene marcada desde que era un pequeño de 5 años de edad y su hermana lo llevaba de la mano.