La cruz de Apante

Reportaje - 09.06.2013
La Cruz de Apante

En Matagalpa se construye la Cruz de la Paz. Un ambicioso proyecto de fe que incluye viacrucis en un escenario natural que pone a prueba el cuerpo y el espíritu, y una capilla que espera recibir peregrinos de América que busquen la paz

Por Tammy Zoad Mendoza M.

Allá arriba, en la cima del cerro que escolta la ciudad, se verá una cruz que desde abajo podría caber en la palma de la mano. Una cruz metálica que crecerá y crecerá a medida que uno se acerque, hasta convertirse en una imponente estructura que parecerá abalanzarse sobre uno con un abrazo demoledor. Será la Cruz de la Paz. La cruz que coronará la montaña de Apante, en Matagalpa, un proyecto de la Diócesis de Matagalpa junto con los Frailes Franciscanos de la Renovación y el apoyo de católicos extranjeros y nacionales.

La cruz es la primera parte de un proyecto en construcción. Por eso se ven ir y venir hombres como hormiguitas que transportan en sus espaldas sacos de arena, varillas de hierro, grandes piedras y bloques. Llevan a cuestas la cruz que sube a pedazos hasta la cima de la montaña. Llevan meses trabajando y falta más de un año para terminar. Luego de construir la cruz, les tocará acarrear lo que será la capilla de la Reina de la Paz. Pero los cimientos están, y son más fuertes que el concreto: la fe en que este proyecto no solo le agregará el título de Montaña de la Paz a Apante, sino que se convertirá en un espacio abierto a los peregrinos que buscan un encuentro con Cristo para alcanzar la paz interior.

Pero para lograr eso hace falta mucho trabajo. Por eso hay frailes que suben, bajan y vuelven a subir con sus sandalias todo terreno, ataviados en sus hábitos grises y gruesos, que los protegen del sol, pero que los abrigan más de la cuenta en el calor abrasador de mediodía. Se les ve conversar con los trabajadores, inspeccionar la obra y contemplar desde arriba la ciudad. Matagalpa se extiende desde el punto blanco de la Catedral y que se ha vuelto tan indómita que ya empieza a trepar desordenada por los cerros verdes.

Matagalpa desde la cima de Apante
Así luce la ciudad de Matagalpa desde la cima de Apante.El cerro alcanza una altura de 1,442 metros forrados por un bosque húmedo poblado de fauna propia del lugar.

***

“Puede sonar extraño, pero todo esto tiene que ver con un sueño, luego la Divina Providencia nos ha hecho saber que es un proyecto de Dios y que debemos trabajar para cumplirlo”, comenta fray John Anthony Boughton, quien forma parte de la comisión delegada para el desarrollo del proyecto.

Un sueño, literal. Fue más o menos en junio de 2005, dos meses después de la muerte del papa Juan Pablo Segundo, que Sidney Pratt tuvo un sueño. Él estaba en Costa Rica, pero su mente lo visualizó en Matagalpa y pudo presenciar el momento en que el papa bendecía Apante como tierra de paz. Su sueño no pasó de ser eso, hasta que meses después recibió la llamada de un amigo carismático preguntándole de aquella noche. Luego, en otra llamada, un carismático de Nicaragua insistía en que aquel no era un sueño, sino un mensaje. Coincidencias raras diríamos. Divina Providencia para quienes han puesto un granito de fe o de arena en este proyecto.

El resto es historia. En 2006 se bendijo el lugar como lo habría hecho Juan Pablo Segundo en el sueño de Pratt. Durante el 2008 se dieron las primeras reuniones y monseñor Jorge Solórzano encomendó la misión a los Frailes Franciscanos recién llegados a Matagalpa que al inicio estaban escépticos con la idea, pero que ahora trabajan de la mano con Sidney Pratt y quienes se han sumado en el camino de la cruz.

“La ayuda que hemos recibido ha sido de parte de amigos católicos de Estados Unidos y Polonia que han escuchado de nuestro proyecto y captan la mística que hay, son personas de oración que reconocen la importancia de crear espacios para la oración y el encuentro con Cristo”, comenta “el padre Alberto”, como se le conoce a este fraile.

Amigos católicos de Estados Unidos y Polonia han dado sus aportes para la construcción del proyecto. Solo la construcción de la cruz, con materiales especiales y resistentes a la intemperie, tiene un costo de 400 mil dólares. Aún faltan dos tercios del total, pues hasta el momento solo está garantizada la estructura metálica de la misma.

“El ser humano necesita cosas visuales y táctiles que le recuerden realidades. Por eso elegimos una cruz de resurrección que representa paz y esperanza, ver una cruz iluminada nos recuerda que Cristo es camino y solución para salir de la oscuridad”, explica fray Boughton.

La comunidad católica de la Virgen de Medjugorje, en Bosnia, se ha sumado a la campaña de apoyo de la “montaña de la paz” que podría convertirse en un punto importante para la comunidad cristiana en Nicaragua. La comunidad María Reina de la Paz en Nicaragua también está atareada buscando fondos y haciendo invitaciones para participar en el proyecto.

Se habla incluso de que la Montaña de la Paz sea un referente continental por encontrarse en Nicaragua, a mitad de Centroamérica, el ombligo de América. Un simbolismo más que envuelve el cerro Apante.

***

Llegar hasta aquí no es fácil. Son 1,442 metros de altura hasta la cima, pasando por un terreno que se inclina más y más, a la vez que se vuelve pedregoso y áspero. Pero vale la pena. El camino, forrado con árboles que parecen pintados con brocha gorda en medio del paisaje y finas plantitas florales puestas aquí y allá como pinceladas, es un espectáculo natural. Durante el recorrido el aire frío lo va empujando y le proporciona el aire necesario para escalar.

Al trayecto se le suma un propósito: el viacrucis permanente hasta la Cruz de la Paz. “Es un recorrido que requiere penitencia para alcanzar un bien mayor. Somos cuerpo y espíritu, por eso cuando involucramos ambos en la oración oramos con todo nuestro ser. Realizar viacrucis aquí requiere esfuerzo, concentración, entrega”, sostiene fray Antonio.

Además de la mística religiosa, la Cruz de la Paz y la futura Capilla de la Reina de la Paz estarán literalmente en una zona paradisíaca. El proyecto está ubicado en el Parque Natural de Cerro Apante, uno de los tres macizos montañosos declarados áreas protegidas y reservas naturales por la importancia y belleza de la flora y fauna de la zona.

“Además del permiso para la construcción y el libre acceso a los visitantes, tenemos un proyecto de jornadas y campañas de cuido al medioambiente; educación, limpieza y reforestación. Este lugar es hermoso y nosotros también debemos trabajar y apreciar la obra de Dios”, comparte fray Alberto.

La Cruz de Apante, Senderos
Estas gradas son el final del sendero que recorrerán los peregrinos para llegar a la cruz.

La cruz y el camino hacia ella

La cruz tendrá 33 metros de altura, que representan la edad alcanzada por Cristo hasta su muerte. Los 13 metros de los brazos simbolizan la fecha en que la Virgen se aparece en sus diferentes advocaciones.

El diámetro de 3 metros en las secciones de la base hace referencia a la Santísima Trinidad. A los pies de la cruz estará una imagen de la Virgen de Guadalupe, sus 12 metros de altura representan el día de su aparición.

Las 14 estaciones del viacrucis estarán señaladas por esculturas de dos por dos metros, como la réplica que observa arriba.

El 23 de junio el Movimiento María Reina de la Paz realizará el primer viacrucis hasta la cima del cerro Apante. Melba Armengol, miembro fundadora, comenta el entusiasmo de quienes apoyan el proyecto.

“Que se haya puesto la primera piedra, que se esté hablando del proyecto y que los jóvenes participen representa una victoria de Cristo y la Virgen. Esperamos que nos acompañen en el camino”, comenta.

Sección
Reportaje