El controvertido obispo René Sándigo

Reportaje - 06.05.2023
Monseñor Rene Sandigo

Sus apariciones con funcionarios de la dictadura de Daniel Ortega han creado polémica en los últimos años, pero hubo un tiempo en que René Sándigo fue un crítico del dictador, denunciaba los fraudes electorales y fue quien le advirtió que “nadie es eterno”.

Por Hans Lawrence Ramírez

Mientras monseñor René Sándigo estaba celebrando su cumpleaños número 53 junto a varios sacerdotes, amigos y conocidos en el auditorio de la Universidad Juan Pablo II de Juigalpa, en el país se registraron los primeros tres muertos por la represión de Daniel Ortega: Darwin Urbina, Richard Pavón y Hilton Manzanares. Ese día, era 19 de abril de 2018 y miles de nicaragüenses empezaban a rebelarse contra el régimen.

En la reunión por el cumpleaños del obispo era imposible no hablar sobre lo que estaba pasando en el país. “Yo no podía estar en dos realidades adversas al mismo tiempo. En una de alegría por mi cumpleaños que había gente tan linda y otra sabiendo las circunstancias negativas por la que estaba pasando Nicaragua”, contó Sándigo a la revista DOMINGO en octubre de 2019.

Las noticias que le llegaban de Managua, León y Masaya eran tan graves que el obispo decidió tomar el micrófono del auditorio y suspender la celebración. “La gente comprendió y nos fuimos a nuestras casas a empezar a vivir esa crisis que lamentablemente ha afectado a toda Nicaragua”, relató.

Cinco años más tarde, el obispo es uno de los personajes que despierta polémica por sus declaraciones y apariciones con funcionarios de gobierno, y por las que muchos le atribuyen cercanía y hasta simpatía con la dictadura, pero tiempo atrás, Sándigo fue crítico con Ortega, denunció los fraudes electorales y él mismo habló de haber sido victima junto a su familia de la represión sandinista de los años ochenta.

Quienes lo han conocido en diferentes etapas de su vida, describen al actual obispo de la Diócesis de León como una persona jovial, platicón, afable, franco y abierto. “Es un hombre campechano y tiene buena relación con los sacerdotes”, aseguró en 2019 monseñor David Zywiec, quien entonces era obispo de la Diócesis de Siuna.

Por otro lado, hay quienes lo llaman “autoritario” y hasta se atreven a señalarlo como “cómplice” de los crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

René Sandigo fue el único obispo que votó en las elecciones presidenciales de 2021, en las que Daniel Ortega se reeligió por cuarta vez consecutiva. ARCHIVO

Emiliano Chamorro es un periodista que se ha dedicado a cubrir temas de religión y en varias ocasiones entrevistó al obispo. Lo describe como una persona que le gusta estar cerca del poder, con mucha influencia sobre el cardenal Leopoldo Brenes, y que ha sido cercano a los dos últimos nuncios que han estado en Nicaragua. “No sé si eso tenga que ver con su trabajo como religioso mantener ese vínculo con los nuncios, pero esa ha sido una de sus habilidades. Ha sido un cabildeador permanente dentro del quehacer de la iglesia”, detalla.

El periodista señala que “Sándigo es el estratega dentro de la Conferencia Episcopal para que hoy esté muda y en silencio” sobre la crisis política y sobre el encarcelamiento de monseñor Rolando Álvarez.

Chamorro también reconoce que Sándigo es una persona astuta para las entrevistas. Se limita a responder lo que le preguntan sin dejar nada a la interpretación y evita hablar sobre temas que le puedan parecer incómodos.

Para este perfil, la revista MAGAZINE trató de hablar con el obispo Sándigo, pero se negó a brindarnos una entrevista.

***

Sócrates René Sándigo Jirón nació el 19 de abril de 1965 en una familia que era muy respetada y querida entre los habitantes de Diriá. Es el noveno de la docena de hijos que procrearon don Enrique Sándigo y doña Isabel Jirón. Su casa en aquel pueblo quedaba cerca de la parroquia San Pedro Apóstol, a la cual asistía con su familia y en donde tuvo su primer acercamiento con la religión católica.

Para entonces, la familia Sándigo Jirón tenía algunas comodidades lo cual le permitió estudiar en buenos colegios. La primaria la hizo en una escuela de Diriomo, y la secundaria en el colegio Salesiano de Granada. En este último, fue donde a Sándigo le llamó la atención el sacerdocio.

Desde muy jovencito, Sándigo empezó a usar su segundo nombre en lugar del primero, pues le decían que Sócrates sonaba como a persona mayor, así que un día, cuando alguien le preguntó cómo se llamaba, ya no se presentó como Sócrates. “Me llamo René, René Sándigo”, respondió.

Para entonces, Sándigo se destacaba en el colegio y también entre sus conocidos en Diría, por ser un excelente jugador de baloncesto. Al salir de la secundaria, entró al Seminario Menor de Granada y luego pasó al Seminario Mayor Nuestra Señora de Fátima, en Managua, donde realizó sus estudios de Filosofía. Era mediados de los ochenta y Nicaragua estaba sumergida en la guerra entre los sandinistas y la contrarrevolución.

Esos años fueron “difíciles” para Sándigo, según contó a la revista DOMINGO en 2019. Para entonces, debido al bloqueo impuesto por Estados Unidos a Nicaragua había escases de alimentos en todo el país y los seminaristas casi no tenían nada para comer.

Sándigo describió aquellos años como “circunstancias difíciles desde el punto de vista alimenticio. No teníamos en el seminario suficiente comida. Era una vida muy limitada”. En medio de la guerra, Sándigo fue enviado al Seminario Conciliar de Medellín, en Colombia, y ahí realizó sus estudios de Teología.

Sándigo fue nombrado obispo a los 39 años. Fue uno de los más jóvenes en recibir ese nombramiento. Óscar Navarrete/ LA PRENSA.

Una vez finalizó sus estudios en Colombia, fue enviado a Roma, en donde estudió Teología Bíblica. Regresó a Nicaragua en 1992, y ese año, fue ordenado como sacerdote por Leovigildo López Fitoria, entonces obispo de la Diócesis de Granada. Tenía 26 años.

Sándigo después sería nombrado como formador de sacerdotes en tres Seminarios Mayores de la Provincia Eclesiástica de Nicaragua, lo cual le permitió escalar rápido entre la jerarquía católica y el 28 de octubre de 2005, el papa Juan Pablo II lo nombró como obispo de la Diócesis de Juigalpa. Tenía 39 años y se convirtió en uno de los sacerdotes más jóvenes en recibir ese nombramiento en Nicaragua.

El obispo le dijo a LA PRENSA en 2019 que su nombramiento como obispo de Juigalpa fue “como la experiencia de un primer amor”. Un sacerdote de esa Diócesis que trató con Sándigo por varios años y que solicita el anonimato por temor a represalias, lo recuerda como una persona que estaba pendiente de los problemas que aquejaban a los campesinos y a la feligresía, sobre todo con asuntos de salud, vivienda e infraestructura.

Además, dice el sacerdote, Sándigo organizó mejor al clero, les brindó mejores condiciones y envió a varios a estudiar fuera del país. “Él no es una mala persona. Todo lo contrario. Lo que sí, es bien perfeccionista y le gusta que las cosas se hagan bien”, comenta el religioso.

Sándigo junto al cardenal Leopoldo Brenes en noviembre de 2011 después de una Conferencia de Prensa en donde demandaron un recuento de los votos de las elecciones presidenciales de ese año. LA PRENSA

***

En los archivos del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) se encuentra un presunto caso de abuso sexual cometido por el sacerdote Wilmer Antonio Pérez Díaz, quien era párroco en Juigalpa, y que habría sido encubierto por Sándigo.

El 8 de julio de 2017, la filial del CENIDH en Juigalpa informó que en febrero de ese año recibió una denuncia en la que acusaban al sacerdote Pérez Díaz, de 33 años en aquel entonces, y a su hermano de 14 años, de violar a dos hermanitas menores de edad.

La madre de las niñas dijo el 16 de febrero de 2017 al CENIDH que el hermano del sacerdote Pérez violó a una de las niñas que tenía seis años, y su hermana de 12, dijo que el religioso “le tocó sus partes, sus pechos y la besó en la boca”, según el reporte del organismo.

El CENIDH mencionó en una nota de prensa que la Policía “no quiso recibir la denuncia de la madre de las víctimas al tratarse de un sacerdote y su hermano”. Ante eso, el organismo solicitó una audiencia con monseñor Sándigo por ser el responsable de esa Diócesis. El obispo accedió a la audiencia y creó un grupo para que investigara lo sucedido, pero hasta la fecha, se desconocen los resultados de esa investigación.

El caso del sacerdote Pérez Díaz fue archivado por el Ministerio Público, según supo el CENIDH semanas después y fue removido de parroquia hacia Cuisalá. Su hermano de 14 años sí fue sometido a investigación, declarado culpable por el delito de violación y recibió medidas socioeducativas a como establece la ley por ser menor de edad. El caso no pasó a más y quedó en el olvido.

En febrero de ese mismo año, Sándigo fue criticado fuertemente por haber dejado casi sin sacerdotes a toda la Diócesis de Juigalpa por unas dos semanas.

En la Diócesis había 28 sacerdotes y 26 de ellos viajaron con Sándigo a Israel para conocer la Tierra Santa, en donde vivió, se bautizó, predicó y murió Jesucristo hace más de 2,000 años. Uno de los sacerdotes que quedó en Juigalpa fue Rafael Vindell, quien dijo a LA PRENSA que se trataba de un viaje “inédito”, pues normalmente, los religiosos iban de dos en dos a conocer Jerusalén.

Sándigo junto a parte de los sacerdotes que lo acompañaron al viaje en Tierra Santa en 2017. ARCHIVO

“Quizás sea una primera experiencia a nivel nacional. Esta acción es algo inédito, pero sí es muy hermoso que vaya el pastor con toda su grey a estar en aquellos lugares, en un tiempo donde no hay una presión como es la Cuaresma o la Pascua”, comenta el sacerdote.

LA PRENSA hizo un recorrido por los municipios de La Libertad, Santo Domingo, San Pedro de Lóvago, Villa Sandino y Acoyapa, y además de Vindell, encontraron al padre Yalmer Aragón quien informó que no fue a Israel porque ya tenía programado un viaje a Roma a finales de ese año.

El obispo emérito de Juigalpa, Bernardo Hombach, fue uno de los que criticó ese viaje. “Si uno tiene que pagarlo o pagarlo con dinero de la parroquia o algo, entonces yo creo que es un gasto fuerte y cada uno tenía que reflexionar si está justificado, y si es una donación, bendito sea, pero hay que ver, porque hay donaciones también que nos amarran las manos, quitan independencia”, dijo Hombach a LA PRENSA.

El viaje costó 4,400 dólares por persona, según dijo la agencia de viajes al diario. En total, fueron unos 3.3 millones de córdobas al tipo de cambio de esa fecha.

El sacerdote que habla con MAGAZINE bajo condición de anonimato fue uno de los que acompañó a Sándigo en ese viaje. Dice que hubo sacerdotes que hasta hicieron préstamos porque para un religioso “ir a Tierra Santa es un viaje soñado”. También dice que una parte se pagó con donaciones y otra con ayuda de los mismos feligreses.

“Para entonces vivimos con monseñor (Sándigo) una experiencia enriquecedora. Éramos un clero bien unido y lo seguimos siendo. Los sacerdotes estábamos muy unidos con nuestro obispo”, comenta el padre.

Sándigo estuvo en Juigalpa por 14 años. En 2019, dijo a LA PRENSA que él había visitado “hasta el último rincón de esta diócesis, hasta las zonas más difíciles, como la de El Castillo, hasta la Reserva Indio Maíz, a esas comunidades de las parroquias de El Tule, donde hay tanta gente querida que tenemos allí”.

En junio de 2019, el Papa Francisco lo movió a la Diócesis de León, una de las más antiguas del continente y de las más importantes de Nicaragua. Desde entonces, Sándigo es el obispo número 51 en occidente.

***

Los primeros en recibir a Sándigo el 25 de agosto de 2019 fueron los nagaroteños. Saludó a los feligreses y después siguió en caravana hacia La Paz Centro. Poco después de medio día llegó a León a la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, cuyas campanas resonaban en medio de los cohetes y chicheros dándole la bienvenida al nuevo obispo.

A la iglesia llegó custodiado por el comisionado general de la Policía, Ramón Avellán y por el comisionado mayor Fidel Domínguez, dos de los altos oficiales de la Policía, y ambos señalados de cometer crímenes de lesa humanidad.

Sándigo no pudo escapar de los periodistas.

--Monseñor, ¿qué opina de las críticas en su contra que dicen que usted es cercano al régimen? – le preguntaron

-- Cuando un árbol no tiene frutos nadie lo vuelve a ver, pero cuando hay frutos la gente garrotea para comer los mangos y las manzanas – respondió

Luego, en su homilía dijo: “Hoy no es fácil ser sacerdote, no es fácil ser obispo. Hoy te dan palo por una cosa y por otra. Si volvés a este lado, te critica el de este lado; y si volvés a ver este lado, te critica el de este lado. Aguantemos mecha”.

Desde ese día que llegó a León, a Sándigo se le ha visto más cercano que nunca al régimen, considera el periodista Emiliano Chamorro. De los obispos, Sándigo fue el único que votó en las elecciones generales de 2021, en las cuales no hubo garantías democráticas y Ortega mantenía a siete precandidatos presidenciales y varios líderes opositores como presos políticos.

Sándigo saludando al comisionado Ramón Avellán en León. Óscar Navarrete/ LA PRENSA.

“Después de cumplirle a Dios en la Santa Misa, hemos venido a cumplir este derecho y cumplir con este deber ciudadano, porque no podemos ser apáticos con la patria que nos vio nacer, en la que cada uno tiene, desde su capacidad, que aportar, sumar y no restar”, dijo a medios de comunicación oficialistas.

Luego, el 12 de agosto de 2022, Sándigo apareció con el alcalde sandinista de León, Roger Gurdián, inaugurando un nuevo paso peatonal en uno de los costados de la Catedral. Ese mismo día, en Matagalpa, el obispo Rolando Álvarez llevaba días retenido por la Policía en la Curia Episcopal de esa ciudad.

Antes de 2014, la postura de Sándigo era diferente, recuerda Chamorro. Para entonces, él era el presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) y fue quien leyó a Daniel Ortega la Carta Pastoral titulada “En búsqueda de nuevos horizontes para una Nicaragua mejor”, en la cual los obispos le decían al dictador que “los años pasan y nadie es eterno”.

Para aquellos años, Sándigo también criticaba en sus homilías al régimen. “Yo recuerdo que lo entrevistábamos los periodistas y él siempre estaba así, haciendo críticas muy fuertes contra el gobierno de Ortega, sobre todo con los fraudes electorales, violaciones a los derechos humanos”, relata el periodista Chamorro.

Sándigo caminando por las calles de León custodiado por comisionados Avellán y Domínquez. Óscar Navarrete/ LA PRENSA.

En 2011, Sándigo criticó fuertemente a la Policía por no investigar a fondo el crimen contra el sacerdote Marlon Pupiro, y por las amenazas de muerte que recibieron varios sacerdotes, pero después de la Carta Pastoral de 2014, no se le volvió a escuchar criticando al régimen, y en su lugar, empezó a tomar posturas similares.

El porqué de su cambio no está del todo claro, pero lo cierto es que el 2 de diciembre de 2016, después de una reunión que tuvieron los obispos con el secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, Sándigo dijo que los campesinos eran manipulados por el Movimiento Renovador Sandinista (MRS, ahora UNAMOS) para protestar contra el gobierno. Una típica acusación del orteguismo.

Posteriormente, el 5 de abril de 2018, cuando el régimen de Ortega aspiraba a silenciar las redes sociales, Sándigo se pronunció a favor de esa propuesta. “No es una cosa nueva ni exclusiva del país. En muchas partes del mundo hay regulaciones de las redes, de los medios, precisamente para que no abusen ni sean portadores de violencia” y agregó que lo medios de comunicación “lanzan una noticia sin verificar, calumnian al otro, destruyen la integridad de las otras personas y no hay una aplicación de ley que los censure o castigue”.

El 8 de mayo 2018, durante el 38 aniversario de las apariciones de la Virgen María en Cuapa, criticó durante su homilía el papel de la Iglesia Católica en la crisis política. “Perdónanos madre por ser causantes de esta violencia y por incitar a la violencia, porque también hemos pecado incitando a la violencia cuando el papel nuestro debió de ser de mediadores, de apaciguadores y de promotores del diálogo y de la paz”, mencionó.

Luego, dijo que sus palabras fueron sacadas de contexto. En 2019, Sándigo explicó a la revista DOMINGO que todo había sido manipulado para “hacerme quedar mal a mí y queriendo sacar provecho de una reflexión ante la virgen porque no mencioné a la Conferencia Episcopal. Me refería a los nicaragüenses que tenemos que pedirle perdón a la virgen”.

El obispo casi no concede entrevistas a los medios de comunicación independientes, pero antes, hablaba sin mayor problema con los periodistas. Óscar Navarrete/ LA PRENSA.

En 2019, DOMINGO le preguntó directamente a Sándigo que si él simpatizaba con el Frente Sandinista.

“Si inclinaciones hubiese en mi vida de esta índole, pues vengo de una familia liberal muy afectada por el sistema sandinista de los años ochenta. Tíos comunicadores que murieron en el exilio fruto del cierre de sus emisoras, si no, que lo diga el tío Manuel Jirón, dueño de la Radio Mi Preferida y Radio Amor, hermano de mi mamá, que sufrió mucho cuando tuvo que ir al exilio, ahora lo puedo decir, en la valijera de un vehículo de un embajador. Si existiese una tendencia creo que no sería la de quien más bien ha sido de afectación y dolor para mi propia familia, con hermanos que tuvieron que emigrar. Lo sufrimos en carne propia de mi casa secuestrada en aquel entonces por varios días. Niño yo todavía de no poder salir. He de confesar que me tuve que hacer un tratamiento psicológico y espiritual para poder aceptar el uniforme militar”, respondió.

Sección
Reportaje