Con deportes, bailes, disciplinas físicas y mentales ellos han puesto sus cuerpos a trabajar. Salud, estética y diversión fueron las motivaciones y también los efectos de sus rutinas. Y usted, ¿cuál de estas actividades practicaría?
Por Tammy Zoad Mendoza M.
Fotos Oscar Navarrete
CrossFit
Las rutinas del gimnasio y las clases de zumba no fueron suficiente para Yettie Osorio, hasta que experimentó el CroosFit.
“CrossFit es todo, son movimientos funcionales, alta intensidad, cortos períodos y en entrenamiento variado. Me pareció algo nuevo, que me iba a retar, era levantamiento de pesas, movimientos de gimnasia, correr y todo esto en una clase grupal”, cuenta Osorio, de 30 años.
A pesar de ser considerado un deporte de alto impacto y con énfasis en la fuerza física, para Yettie se trata también de disciplina, de romper miedos y ponerse a prueba. “Todo lo podemos hacer con el entrenamiento adecuado, es impresionante los avances que se ven en este deporte y sobre todo los miedos que vencés. Te das cuenta de cuánto es capaz tu cuerpo. Reconocés tus habilidades y debilidades”, apunta.
Correr, levantar pesas, sostenerse de cabeza, escalar en una soga. ¿Difícil? No es imposible, asegura. “Lo primordial fue la confianza, el apoyo de mi familia, amistades y el U Training (...), ese empujón me hizo arriesgarme y comprometerme a no fallar. Era lo que más quería, ser la primera nica e inspirar a más nicas”, cuenta la primera entrenadora de CrossFit con certificado internacional en el país.
Dejó su trabajo de oficina, se fue a Texas, estudió y se preparó físicamente hasta lograr su certificación. Ahora dirige varios grupos de entrenamiento de CrossFit en el U Training & Fitness Center.
Yettie asegura que cualquiera podría iniciar en CrossFit, pero se deben conocer los límites físicos y que sin la guía correcta puede haber lesiones. “Hay clases para niños y para adultos, llevan variaciones. Siempre una manera de escalar los movimientos empleados, bajándoles el peso, variando alturas a saltar, ajustando repeticiones”.
Además de la parte física y técnica, explica que se debe “poder transmitir a un grupo de personas la seguridad que no vas a ponerlos en peligro, explicar en qué consisten los movimientos que vas a usar, corregir de manera adecuada las posturas y tener una energía que contagie para que vayan motivándose y logrando sus objetivos”. Ella habla de forjar el cuerpo y la confianza personal.

Ciclista
Lo suyo era el futbol y el surf hasta que se rompió un menisco y lo enviaron a rehabilitación. La lesión lo obligó a montar bicicleta como terapia, pero una vez recuperado decidió seguir practicando ciclismo de montaña. Además el deporte fue su terapia personal para dejar sus adicciones al alcohol y las drogas.
Ahora Jorge Rocha, de 29 años, es un preparador físico certificado, ciclista de montaña por pasión y ha representado al país en tres triatlones. En 2016 participó en el Xterra World Championship, donde más de 800 atletas de alto rendimiento midieron su fuerza, destreza y resistencia en pruebas de ciclismo de montaña, natación y atletismo. Entró en el puesto 27.
Este año participaría en los Juegos Centroamericanos, pero una lesión en la mano izquierda lo sacó de línea. Es además el preparador físico de la selección femenina de futbol de Nicaragua.
“Yo empecé solo, en una bici convencional, me quedé porque me gustó, hice amigos y además recorrí lugares que de otra forma no habría conocido. Además del aspecto físico el ciclismo transformó mi estilo de vida para bien”, reconoce Rocha.
Entrena en bicicleta seis días a la semana, recorre entre 10 y 50 kilómetros, según el entrenamiento que toque, y lo alterna con natación y atletismo. Por las madrugadas o a mediodía se le puede ver embutido en su traje rojo del equipo Trek subiendo por las inclinadas y sinuosas curvas de El Crucero. Mide tiempo, distancia, repeticiones, resistencia. Ahora está entrenando con miras a participar en el triatlón Ironman, a realizarse en México, en mayo de 2018.
“Nadie empieza siendo un profesional, basta con empezar a pedalear, disfrutarlo y explorar. Aún hago giras de diversión en las que comparto algunas técnicas con gente que empieza a salir en sus bicis. Es una actividad sana y entretenida que puede cambiar tu vida”, dice Rocha.

Fitness
Control, concentración, fluidez, precisión, respiración y centralización son los principios esenciales del método pilates. Regina Bernheim Delgadillo es una máster en esta técnica de entrenamiento físico que pretende ejercitar cuerpo y mente, centrándose en la llamada “mansión del poder”: músculos abdominales, base de la espalda y glúteos. Mejora la condición física, aumenta la capacidad de control y concentración. Además de usarse como acondicionamiento físico es recomendado para fisioterapia y rehabilitación, para mejorar la circulación e incluso para trabajar el suelo pélvico antes y después del parto.
“Es un método anaeróbico que cualquiera puede realizar, mujeres, hombres, jóvenes, embarazadas, adultos mayores. Hay más de seiscientos ejercicios que desarrollan flexibilidad, fuerza y tono muscular”, explica Bernheim.
Regina Bernheim, empezó como bailarina en el Ballet Folclórico Macehuatl, tras su embarazo quiso retomar los ejercicios y en Venezuela se certificó como instructora de aeróbicos. Ese fue el primero de los 11 títulos que tiene como entrenadora Fitness internacional.
Pasó por spinning, zumba y se entregó de lleno al pilates y ahora experimenta con el resist ball, en todos estos ejercicios fue la pionera e impulsora en el país. Ahora desde su Studio Fitness Regina Bernheim se dedica a entrenar desde jóvenes hasta mujeres de más de 60 años y quienes se preparan para ser entrenadores físicos.

Corredor
Albino González Zambrana pasó de la caminadora en gimnasio a hacer caminatas en rutas de cinco kilómetros y ahora lleva cuatro maratones en su lista con una marca personal de 3:26 minutos.
“Un compañero me invitó a una caminata de cinco kilómetros, eran rutas urbanas donde conocías todo tipo de gente, de muchas condiciones físicas, me gustó”, cuenta Albino. Eso fue hace cinco años. Ahora, con 37 años, Albino trabaja con un entrenador personal para mejorar sus tiempos. El hobbie se convirtió en pasión y él se volvió un corredor.
“Sigo un programa de entrenamiento semanal, hay días de caminata suave, días de ritmo y días de fondo, que son largas distancias que recorro en fines de semana. El entrenamiento de calidad lo hago en pista, donde mejoro técnica y tiempos”, explica.
Perdió 20 libras y ha mantenido su peso, pero sobre todo, dice, se trata de un deporte que ha marcado un nuevo estilo de vida. “Empezás a ver los cambios en tu salud, en tus ciclos de sueño, en tu forma física. Me levanto todos los días a las 4:00 de la madrugada, me acuesto a las 9:00, tengo disciplina y hábitos alimenticios saludables. Me gusta cómo me siento”, comparte el corredor y miembro de Papitas Runners.
Su meta es participar en el maratón de Boston, de renombre mundial, en la categoría de 35 a 40 años. Para lograrlo debe clasificar con un tiempo de 3:10 minutos o menos, porque debe buscar un cupo entre los cientos de corredores de su categoría que tratan de entrar en la prestigiosa carrera.

Bailarines
Hace ocho años que Andrés Membreño tomó su primera clase de baile y dos años después empezó como instructor. Ahora, junto con su esposa Scarleth Talavera, tiene su academia de baile Azúcar.
Salsa, bachata y una variedad de ritmos latinos suenan en el salón donde, solos o en pareja, llegan por las noches a aprender desde lo básico, hasta estilos pulidos y coreográficos. Para ellos el baile es diversión, es salud y pasión.
“Una vez que empezás necesitás practicar todo el tiempo. El baile te atrapa y al igual que cuando vas al gimnasio a hacer deportes tu cuerpo cambia y te sentís bien, aquí pasa lo mismo, además del impacto positivo que el baile tiene en tu cuerpo, conocés gente, te atrevés a salir, desarrollás destrezas, adquirís confianza personal y lo disfrutás”, expone Membreño.
Él se formó en academias de baile nacionales, pero luego tomó clases con instructores profesionales y asisten siempre que pueden a congresos internacionales para capacitarse en otros estilos. El internet, la práctica constante y la experimentación han sido también de ayuda.
“Es gratificante, me aventé a participar en competencias internacionales cuando hace años ni se me ocurría estar al frente de un grupo dando clases de cualquier cosa. Yo era tímido y flaquísimo. Cada quién tiene sus cambios, pero siempre son positivos, el baile te va transformando”, dice Andrés Membreño. Si no le gusta el gimnasio, disfruta la música y quiere salir del sedentarismo, la pista de baile puede ser su espacio para mover el cuerpo.

Yoguini
Felicia María Sandino,de 26 años, practica yoga desde los 20. Sufría ataques de pánico y le recomendaron asistir a una sesión de yoga. Desde entonces se casó con la práctica. Empezó participando en clases aquí en Nicaragua, luego viajó a Estados Unidos para formalizar más su aprendizaje, volvió y lo practicó en solitario. Luego viajó a la India para formarse por dos meses en un áshram, lugar de enseñanza y meditación donde estudió y practicó Sivananda, un linaje del yoga que combina la meditación a través del control de la respiración y el ejercicio físico con el desarrollo de posturas que van evolucionando conforme su práctica.
“Para mí es un sistema de crecimiento personal, basado en principios vitales y humanos. Empezás con la respiración consciente, que te hace tener una noción y un dominio más profundo de tus pensamientos, tu cuerpo y tu entorno, luego eso trasciende a un estilo de vida que va desde la meditación hasta las asanas (posturas)”, explica.
Aunque reconoce que los ejercicios físicos son lo que atrae a mucha gente a la práctica del yoga, una vez en el mat (alfombra especial), la gente se percata de las bondades de aprender a respirar correctamente, de conectar mente y cuerpo por medio de la meditación y de liberar el cuerpo. “Cualquiera puede practicarlo, todo es cuestión de dedicación y disciplina, a mí me cambió la vida”, comenta Felicia, quien además es terapeuta y se desarrolla en ámbitos de la psicología, sociología y el arte.
