Para eso de 1890, Aniceto G. Menocal, era el Wang Jing de estos tiempos. Nicaragua puso en manos del cubano Menocal nada menos que la concesión para que se buscaran fondos y se construyera el canal que cruzaría el país de costa a costa para permitir, por fin, el paso de buques del Pacífico al Atlántico y viceversa, sin que estos tuviesen que ir a dar la vuelta hasta el austral Estrecho de Magallanes.
El chino Wang Jing también ha recibido una concesión, busca fondos y pretende construir un canal de costa a costa. Tal vez ahí terminen las semejanzas. Las diferencias entre ellos afloran pronto. Menocal era un reconocido ingeniero de su tiempo, a quien el gobierno de Estados Unidos comisionó para dirigir los estudios de un posible canal, tanto en Panamá como en Nicaragua. Menocal de hecho comenzó las obras de construcción del canal en Nicaragua, siendo hasta el día de hoy el esfuerzo más serio en este sentido. Él personalmente estuvo en el río San Juan, dirigiendo los trabajos.
Wang Jing, en cambio, era un perfecto desconocido, al que sin saber cómo ni por qué Nicaragua le entregó una concesión para gestionar fondos y construir un canal. Aunque visitó Nicaragua en una ocasión, nunca ha estado en el terreno ni se sabe que tenga algún conocimiento en construcción de canales u obras de ingeniería similares. Más bien parece un tanto despistado. En una ocasión dio una charla con el mapa de Nicaragua al revés, ha anunciado fechas inverosímiles y parece ser solo el testaferro de alguien o de algunos que no quieren dar la cara en este negocio.
Las obras que comenzó Menocal se quedaron en el arranque porque faltó el dinero y luego Estados Unidos comenzó a interesarse más por la construcción del canal por Panamá. Las obras de Wang Jing prometen comenzar a finales de este año sin que se sepa que haya conseguido dinero alguno. ¿Llegará Wang Jing más largo que Menocal? Está por verse.