En varias ediciones hemos hablado del general Augusto C. Sandino. Tratamos de presentar ángulos nuevos, poco contados, y alejarnos en lo posible de la aureola o la descalificación con que suelen ser tratados los personajes históricos. En Magazine vemos a Sandino, y a otros muchos personajes, como hombres y mujeres que debemos conocer, en sus virtudes y en sus defectos.
En Magazine Marzo 2014, vimos un Sandino Masón que decía escuchar voces del más allá, que creía en la reencarnación y militó en varias logias.
En julio, presentamos la historia de amor de Sandino y Blanca Aráuz. Y vimos un Sandino amoroso y machista. Celoso y hasta con instinto de lo que ahora llamamos “femicida”.
Sucede que tempranamente se enamoró en Niquinohomo de una prima, Mercedes Sandino. En 1933 le confesaría al periodista José Román que durante unas semanas mantuvo en su bolsillo una carta donde amenazaba con matar a su prima y luego suicidarse si no lo aceptaba como novio.
En esta edición traemos un reportaje sobre su amante, Teresa Villatoro, que es una especie de segunda parte de la vida amorosa de Sandino.
Este es tal vez el perfil más completo que se haya escrito hasta ahora sobre esta mujer que fue tan importante en la vida personal de Sandino y en la lucha guerrillera de Nicaragua. No solo rastreamos la documentación que sobre ella existe, sino que fuimos a buscar sus descendientes y lo que sucedió con su vida luego del asesinato del guerrillero en 1934.
A Teresa Villatoro, como verán, también quiso matarla. Por celos. Es el otro Sandino. El que poco conocemos. Y no se trata en ningún caso de demeritar su papel en la historia, sino, por el contrario, exponerlo como el hombre que fue, sin falsos floreteos, que invisivilizan su propia esencia humana.