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El obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, ofició misa junto a su clero a orilla de la entrada principal del Chipote. LA PRENSA/E. ROMERO

Obispo de Matagalpa denuncia la existencia de “listas de muerte” en manos de paramilitares

Tras "esa famosa operación limpieza", dijo monseñor Rolando Álvarez, los paramilitares han empezado a buscar a los autoconvocados con "listas de muerte"

“Ha empezado un enjuiciamiento de la población civil” , aseguró el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, quien este lunes demandó al Gobierno el cese de la violencia en Nicaragua, pues denunció la persecución con listas en mano de la población autoconvocada, tras la ocurrencia de las llamadas “operación limpieza” de policías y paramilitares.

“Estamos descubriendo que después que se levantan algunos tranques en algunos casos libremente de parte de los autoconvocados y con la mediación de la Iglesia como sucedió el día ayer (domingo) en Matagalpa y en la inmensa mayoría de los casos con esa famosa operación limpieza que le llaman ellos, de llegar a arremeter con balas contra los autoconvocados, resulta que hay listas de muerte que personas inescrupulosas levantan en los barrios en las comunidades para que después las fuerzas policiales y paramilitares lleguen a las casas de los autoconvocados a encarcelarlos”, afirmó el obispo de Matagalpa.

Bajo un toldo y un altar improvisado a orillas del portón principal de las celdas del Chipote, monseñor Álvarez junto a su clero ofició misa “en solidaridad” con madres, esposas y hermanos de detenidos como resultado de la represión gubernamental.

Expresa dolor por tanta sangre derramada

“Fue una forma de expresar nuestro dolor por tantas muertes, por tanta sangre derramada, por tantos encarcelados injustamente, por tantos desaparecidos”, expresó el obispo de Matagalpa quien minutos antes en la celebración religiosa al impartir la bendición había rogado por Nicaragua y extendió la paz también a los designados presidente y vicepresidenta por el Consejo Supremo Electoral (CSE), respectivamente, Daniel Ortega y Rosario Murillo.

“Y señor presidente, señora vicepresidenta, también a ustedes les vamos a impartir la bendición”, dijo Álvarez, quien manifestó “que en medio del dolor y del sufrimiento, hay una paz que no podemos perder, porque confiamos en el Señor, porque Dios está con nosotros y si Dios está con nosotros ¿quién con nosotros?”.

El hecho de celebrar en las afueras del Chipote una misa, dijo el religioso, tiene un gran significado porque “ha sido históricamente símbolo y encarnación de la injusticia y del encarcelamiento”, por parte de muchos regímenes.

Desde ese lugar Álvarez demandó al Gobierno la libertad de los arrestados, cuyo número aumentó con las detenciones arbitrarias efectuadas el domingo en Carazo.

Llamado al cese de la violencia

Igualmente monseñor Álvarez se pronunció sobre los traslados de detenidos a La Modelo, sin que hayan concluido los procesos judiciales, según dijo, esto “es parte de la injusticia” y  se mostró esperanzado en que los jóvenes trasladados tengan una buena acogida por parte los presos de La Modelo.

Casi a la misma hora que el cardenal Leopoldo Brenez y el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, estaban siendo agredidos en la Basílica de Diriamba, el obispo de Matagalpa   fue consultado si aún con el baño de sangre que continúa en el país por parte de las fuerzas represivas es viable la continuidad del diálogo, este respondió que esta situación será valorada  este martes por los obispos.

“Esta situación que está viviendo Nicaragua sobre todo con estos últimos acontecimientos en Jinotepe y en Diriamba y por supuesto valoraremos entonces el diálogo nacional, sin embargo siempre, siempre  estamos apostando  para que desde una mesa de diálogo pueda encontrar la justicia y la democratización de este país”, expresó Álvarez.

“Nosotros hemos insistido permanentemente y ahora lo hacemos “a que cese la violencia, a que cesen estos ataques indiscriminados de la Policía y los paramilitares que ya actúan a vista y paciencia de las autoridades contra la población civil seguimos solicitando, pidiendo que cese esta represalia contra la población”, dijo Álvarez.

Más de 45 detenidos

Según la  Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), de Carazo fueron trasladados arrestados al Chipote más de 45 personas, uno de ellos fue Miguel Ángel Hernández Gago, arrestado en Diriamba cuando se trasladaba a su trabajo donde labora como supervisor de una empresa del lugar denunció su esposa María Vásquez, quien dijo que igual pasó   con  varios ciudadanos a quienes “los  agarraron por parejo”

Verónica Bermúdez, confió que cinco miembros de una familia fueron arrestados. Primero detuvieron a uno de ellos, luego otros dos de ellos fueron a buscar a los representantes de los derechos humanos que les informaron habían llegado a la Basílica de Diriamba, pero era falso quienes estaban eran os paramilitares, quienes arrestaron a otros tres de ellos, y luego al padre de dos de ellos fue a gestionar por su libertad y también los detuvieron.

Los detenidos responden a los nombres de  Darwin Alexander Bemúdez, de 22 años, hijo de la denunciante así como  sus hermanos Gerardo David y Alexis Bayardo Bermúdez López, sus hermanos,  y sus sobrinos Jeferson  y Alexis Moisés Bermúdez Hernández, estos últimos de 16 y 18 años.

LEA: Un muerto y varios heridos en ataque de paramilitares en Rancho Grande, Matagalpa

“Me han dicho que mi hijo está golpeado (…) que nos entreguen a nuestros familiares”, denunció Bermúdez.

“Hay mucha gente inocente aquí”, dijo por su parte María Leonor Tercero,  quien denunció que su marido Marcos de Jesús Guevara, de 35 años, fue detenido cuando se dirigía en una bicicleta a traer a su hermano al sector de La Esquina, pero no llegó hasta allá “dicen que en Las Palmeras, dicen que lo agarraron lo golpearon y lo subieron en la camioneta”.

Mientras Ligia María Muñiz López, de Diriamba,  quien aseguró que pese a ser orteguista, a su hijo Giovani José García Muñiz, de 30 años,  también lo capturaron detenido al Chipote, “tanto que él ha defendido al comandante, preso, lo agarraron a tres pasos de mi casa”. A su vez, denunció Muñiz que a su casa llegaron los paramilitares, “me patearon la puerta (…) porque se metieron a un callejón y andaban cateando todas las casas, no es forma comandante”.

 

 

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